"El tapiz te va pidiendo lo que tienes que hacer. Empiezas por un simple dibujo a lápiz, que puede ser una pirámide y vas improvisando a medida que lo vas coloreando con los hilos". Con esta simple explicación, que esconde un trabajo laborioso , resume Fefé Almeida las enseñanzas que ha aprendido de su maestro. Esta mujer de 72 años, una de las trece alumnas de la escuela de bordado artístico nazarí Julio Cañero, con sede en Arucas, cuenta como eran las clases con el polifacético artista, y como les guiaba cada día, en cada obra para que lograran la composición plástica definitiva, aunque para eso, en ocasiones, hayan tenido que desbaratar lo cosido, poner un trozo de fieltro, y continuar creando sobre la tela negra a base de bordar con hilos de intensas tonalidades.
Aunque quisieron organizar con tiempo de antelación una exposición colectiva de sus trabajos en el Museo municipal de Arucas, el repentino fallecimiento del maestro, que tuvo lugar el pasado mes de marzo, además de privarles de la presencia del artista, les ha animado a rendirle un homenaje al que fuera su maestro. Entre las 52 obras que se exponen hay 14 del propio Cañero mientras que el resto han sido realizadas por sus díscipulas, que dejan patente en sus trabajos como han sabido plasmar el estilo de este artista textil, natural de Córdoba, que vivió muchos años en la capital grancanaria donde aprendió las técnicas del bordado y calado canario y las incorporó al método nazarí.
"No somos profesionales, esto es como un entretenimiento" resalta Fefé Almeida,que explica que esa escuela ha dado paso a una tertulia. Destaca como tras conocer a Cañero en un taller, que imparte para la Fundación Mapfre Guanarteme en Arucas, en 2012, se queda impactada con sus trabajos con hilo y agujas y por ello, le ofrece dos años después el local de su comercio en esta localidad, que cierra después de 123 años, para que traslade sus conocimientos a otras alumnas. Se crea así esta escuela de bordado, que ahora ante la ausencia del artista recurren a lo aprendido, y son ellas mismas las que se orientan y se resuelven sus dudas, siempre fieles al estilo del maestro cordobés, que "se enamoró de Arucas", pues soñana con que le tocara la lotería para comprar la mansión de la familia Caubín para convertirla en Casa de Artistas.
Pedro Almeida, comisario de la exposición describe la obra como llena de luz y señala que su "lenguaje de hilos se va llenando de signos esotéricos, ascentrales, y figuras geométricas a veces alusivos a Córdoba, a veces a Gran Canaria". La muestra colectiva de Cañero y sus discípulas se puede ver hasta el próximo día 25 de agosto.
