La finca de Monte León de Justus Frantz ha sido refugio de políticos, modelos y empresarios mundiales durante décadas. Entre sus viñas y árboles frutales se han confeccionado partituras, obras literarias y acuerdos económicos que han marcado un antes y un después en la historia de Europa. El pianista alemán abre este fin de semana su auditorio al público para ofrecer en plena vegetación tropical un recital musical a cargo de un elenco de artistas internacionales.
Cuando Justus Frantz pisó por primera vez Monte León, allá por la década de los setenta, esta zona de San Bartolomé de Tirajana era un "desierto" habitado principalmente por tabaibas. Llegó de la mano del pianista alemán Christoph Eschenbach para ofrecer un concierto en la casa de un empresario del barranco de Palmitos Park. Enseguida se enamoró del "paisaje y de la tranquilidad" que atesora este enclave, alejado del bullicio turístico.
Adquirió dos parcelas de cerca de 90.000 metros cuadrados y con el tiempo decidió ampliar su extensión y convertirla en un vergel. Cada vez que regresaba de sus viajes por el mundo, traía en la maleta algún mato exótico para plantar en la finca. Desde secuoyas hasta ramos de la novia pasando por sapotes, pomelos rojos, lichis y uvas de California o Francia. A la vegetación se sumaron cabras, caballos, vacas y ovejas. La finca se convirtió en un oasis de vida.
"Ante tanto ladrillo, había que darle a la zona un color verde, a modo de medicina, y crear un lugar de descanso" entre tanta gira mundial, aseguraba ayer el músico junto a su piano de cola.
"Sin duda" en su retiro de Monte León, Justus ha pasado "los mejores años de su vida". Aquí, junto a sus esposa, amigos y al calor de una copa del vino que produce su finca, ha creado partituras y compartido "buenos momentos" con gente influyente a nivel internacional.
Uno de los primeros huéspedes que recibió Monte León en el más estricto anonimato fue el exministro alemán de Defensa y luego de Finanzas, Helmut Schmidt. En la cabaña de la piscina de la finca Schmidt compuso gran parte de su obra literaria. "Más de 20 libros" sobre política y otros ámbitos del saber, cree Justus.
En su época de ministro de Asuntos Exteriores, sus estancias en Monte León fueron claves para la entrada de España a la Unión Europea y la adopción de una moneda común en el continente.
En algunas veladas de Monte León llegaron incluso a coincidir directivos del banco alemán con miembros de la cúpula de empresas, como Mercedes o Volkswagen, y músicos de la talla de Leonard Bernstein.
Figuras destacadas de la escena internacional, como el canciller alemán Helmut Kohl, el rey de Arabia Saudí, Omán, el presidente de Corea del Sur o el mismo hijo de Fidel Castro, han disfrutado de la calma que se respira en el Sur.
Entre la larga lista de invitados de honor, destaca el rey emérito Juan Carlos I. Tras un concierto en el barrio capitalino de La Isleta a mediados de los ochenta, en el que Justus actuó junto a otros artistas, el monarca disfrutó de una breve estancia en la finca.
Son numerosas las ocasiones en la que la finca de Justus Frantz ha servido como "casa del estado" a España, cuenta el músico. No solo relaciones diplomáticas, sino también decisiones económicas, como la venta de Seat a Volkswagen, se han fraguado en el enclave sureño.
La amistad del pianista alemán con algunos fotógrafos y editores de prestigiosas cabeceras, del tipo Vogue o Brigitte, han motivado que varias bellezas de pasarela hayan elegido el municipio de San Bartolomé de Tirajana para posar en la más estricta intimidad. Naomi Campbell, Claudia Schiffer, Judit Mascó o Carla Bruni, ahora esposa del expresidente francés, han realizado sesiones fotográficas en estos jardines. Incluso alguna de ellas se dio un baño en Maspalomas o un paseo por las dunas sin que la prensa se enterara.
El deporte de elite también ha disfrutado de los conciertos de Justus en las últimas décadas. La tenista alemana Stefanie Graf y su padre fueron asiduos durante años a la cancha de tenis de Monte León. Allí la tenista, considerada una de las mejores del mundo, se relajaba con algún que otro revés junto a Helmut Schmidt o el resto del elenco de invitados.
Como aderezo a estas noches cálidas en Gran Canaria, Justus decidió ofrecer a sus huéspedes vino de su propia cosecha. Al principio comenzó con algunas matas en espaldera y luego, como el caldo se convirtió en un reclamo entre los visitantes, una cooperativa germana envió a Monte León a su propio personal para ampliar la producción.
Un enólogo de la cuenca del Rhin-tierra vinícola con denominación de origen- se ocupó de que el caldo saliera cada añada mejor. Con el tiempo el agua de la presa de Ayagaures y el sol de Maspalomas han contribuido a que la familia Rothschild, multimillonaria y experta en vino, haya calificado el rosado de Justus como uno de los mejores del mundo.
La finca se ha abierto al público en las dos últimas décadas con la celebración de un festival en los meses de verano.
La mezzosoprano alemana Christa Ludwig o Leonard Bernstein, autor de la banda sonora de West Side Story, son algunas de las constelaciones que han encandilado en el Sur.
Para Bernstein, que vivía en Estados Unidos, llegar hasta Gran Canaria suponía un "viaje largo", recordó ayer Justus. Sin embargo, cuando arribaba a la finca se olvidaba de la fatiga y encontraba la "paz" que necesitaba para componer o hacer arreglos de sus obras.
A la sombra de flamboyanos, pinos, mangos y aguacateros, Bernstein encontró la inspiración para componer una pieza que bajo el título de Dos ángeles nunca había sonado en público hasta el pasado domingo.
En esta edición de Frantz y Amigos Justus ha rescatado al piano esta pieza inédita, fruto de una tierra que parece ser bendecida por el mismo "Dionisos".
