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Entrevista a Jaime González

"Las presas de la Isla son miradores turísticos que están desaprovechados"

"Basta con consultar la web del Cabildo para darse cuenta de que el patrimonio hidráulico no es su prioridad", afirma el geógrafo y consultor autónomo

El geógrafo Jaime González Gonzálvez. SANTI BLANCO

Esta semana imparte un curso sobre las grandes obras hidráulicas de la Isla en la Universidad de Verano de Maspalomas. ¿Con cuántas presas cuenta Gran Canaria?

Existen más de 70 presas en la Isla, de las cuales aproximadamente un 80% son de titularidad privada y el resto de gestión pública. Se tratan de obras complejas, que cambiaron por completo el paisaje insular y tienen una edad media de 63 años de explotación.

¿Qué singularidades presentan estas infraestructuras?

Frente a las presas de la península, que son en su mayoría de titularidad públicas, estas obras en la Isla fueron construidas en su mayoría por heredades y comunidades de agua además de algunas familias influyentes, como la Marquesa de Arucas. Generalmente se trata de obras realizadas con mampostería y maquinaria, como el caso de la presa de Chira, que se dejó de utilizar años atrás en la península. Son curiosidades de nuestra historia que tanto extraños como propios deberían conocer.

¿En qué estado de conservación se encuentra el patrimonio hidráulico insular?

Las obras hidráulicas de Gran Canaria son las grandes olvidadas del patrimonio insular. Carecen de vigilancia y estudios que midan el nivel de filtraciones, la vegetación que hay en los estribos o el propio comportamiento de los muros de las presas. Se trata de un recurso cultural y turístico, que la gente visita y que, sin embargo, desgraciadamente carecen de legitimidad por parte de las administraciones.

¿Por qué?

Porque la conservación de estas obras orientadas al almacenamiento, captación y trasvase de agua (presas, estanques, tuberías, pozos, galerías, canales y minas de agua) no coincide con las prioridades del Cabildo. Basta con consultar la web de esta institución para darse cuenta de que el patrimonio arqueológico y arquitectónico, principalmente, centran la atención de los técnicos insulares en detrimento del patrimonio hidráulico, industrial o militar. Es una cuestión simplemente de educación e ideología, que genera un desequilibrio evidente en Gran Canaria y que curiosamente se extrapola al portal de Turismo del Cabildo.

Sin embargo, muchos turistas visitan a diario las presas.

Desde los años sesenta las presas aparecen en muchos documentos turísticos: mapas, libros, póster... las presas de la islas son parte de nuestra vida y auténticos miradores turísticos, que están desaprovechados. Vacías o llenas de agua, siempre son fotografiadas por las vistas de la cumbre que atesoran o por el entorno en el que se ubican. Tienen relación no solo con el medio ambiente, sino con las carreteras, antiguos caminos de servicio que se utilizaron para construir las presas. Por desgracia si alguien se aproxima a ellas, no encuentra un cartel que indique el nombre, el autor del proyecto ni una descripción técnica de la obra. Sin ir más lejos, durante la Transgrancanaria pasaron este año 3.700 corredores por la presa de Ayagaures, sin información alguna sobre el valor cultural de este enclave.

¿Pueden encontrar los visitantes este tipo de información en la red de centros de interpretación de la Isla?

No, porque este tipo de documentación no está en los centros de interpretación. Continúa almacenada en el consejo insular de aguas sin estar al servicio de la población, tal y como establece la Ley de Patrimonio Histórico de Canarias. No debemos olvidar que hasta el momento ninguna obra hidráulica de la Isla ha sido declarada Bien de Interés Cultural. Solo un pozo de Arucas ha sido incoado en los últimos dos años por el Cabildo como BIC.

¿Y cómo podría difundirse este legado histórico entre los visitantes y residentes?

Esta información está recogida en los archivos, que es nuestra memoria histórica. La Ley permite utilizar esta información para actividades culturales, como podría ser una exposición virtual sobre estas obras en los museos. Si queremos fomentar un turismo alternativo al sol y playa, hay que rescatar y difundir este tipo de patrimonio cultural no solo entre los visitantes, sino también entre las nuevas generaciones. Las presas, como El Nublo, El Bentayga o La Fortaleza, son símbolos de nuestra identidad cultural. De las más de 70 presas que tiene la Isla, la población solo recuerda los nombres de las presas más conocidas, como Las Niñas o Chira, e ignora el resto porque no tiene al alcance esta información.

Mañana culminará su curso con una visita a la presa de Ayagaures. ¿Qué tipo de público ha asistido a sus clases?

Efectivamente, como colofón al curso se analizará las peculiaridades de esta construcción in situ además de otras problemáticas que presenta el patrimonio hidráulico en la carta etnográfica insular. Al curso ha asistido un público bastante heterogéneo, desde jóvenes hasta profesionales pasando por residentes del municipio de San Bartolomé de Tirajana. Es un asunto que despierta cada vez más interés en la población, ya sea en senderistas como en colectivos ecologistas y nómadas digitales.

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