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Grimanesa Bordón, el valor que cotiza al alza

La grancanaria es jefa de una de las tres unidades de asesoramiento de la Bolsa Alemana. Gestiona el enlace de los clientes de Asia, Oriente Medio, Australia y Europa

Grimanesa Bordón, el valor que cotiza al alza

Grimanesa Bordón Rodríguez nació en la ciudad de Telde justo en el domingo 14 de octubre de 1984, pero lo suyo no es ni de lejos una vida feriada.

Traductora e Intérprete por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, tras su formación media en la capital cumplimentó la carrera con algunos trabajos de azafata de congresos, en promociones turísticas o en conferencias tecnológicas, "para financiarme los estudios".

El paso académico por la universidad no le costó ningún esfuerzo, "porque me encantaba la carrera y soy muy inquieta intelectualmente", lo que corrobora con el premio a la mejor promoción de la carrera.

Con todo, se vio trabajando en facturación en el Aeropuerto de Gran Canaria, que es cuando se plantea irse fuera, momento en el que más que despegar, Grimanesa se impulsa al espacio hacia un 'vuelo' de altura.

Tenia 23 años, el castellano, el inglés, y algo de alemán. En teoría se va a Frankfurt con el modesto propósito de mejorar el idioma, aunque terminaría mejorando el país propiamente dicho: "tenía la base gramatical", asegura.

Así que, de entrante, se apunta en una academia de alemán. A los cinco meses un chico que conoció en una panadería le comenta que un hotel de tres estrellas buscaba recepcionista...

"Pues vale, me quedo a ver qué surge". El hotel se le convierte en otra escuela. La ciudad de Frankfurt es una de las grandes capitales de las ferias internacionales de todo tipo que se celebran en el continente europeo y el establecimiento resultó una verdadera novelería, "una mina de oro", con un continuo entrar y salir de personas provenientes de todo el mundo y especializadas en los más variopintos temas, desde cosmética a decoración.

A la grancanaria Grimanesa Bordón se le hizo corta la recepción y al año y medio ya era la responsable administrativa y de reservas. Se encarga de los presupuestos, de los distribuidores y proveedores, de sus planes correctores, de gestionar con limpieza... "Tenía la posibilidad de conocer toda la paleta empresarial, y me apasionó".

"Pero me vi infracualificada, quería más, y entonces me planteo volver a estudiar de nuevo".

Así es como de letras puras pasa a una de las más duras carreras de ciencias, al matricularse con 25 años en Economía y Administración de Empresas en la Wolfgang Goethe Universität, mientras continúa trabajando "a tiempo completo para la vivienda".

Deja el hotel y pasa seis meses en un departamento de contabilidad y finanzas de una empresa que se encarga de comprar inmobiliarias, administrarlas , así como de adquirir acciones para clientes y su propia cartera. "Ahí me metí en terreno hardcore".

Aquello ya no era la panadería, pero sí que conoció a otra chica que tenía un trabajo de becaria en la bolsa alemana: en la poderosa Deutsche Börse AG.

"Se me pusieron los dientes largos, una empresa impresionante". Esa misma tarde se puso a mariscar por Internet, "hasta que encontré una oferta de becaria. Me entrevistan y el mismo día por la tarde, ¡que me aceptaban!"

Al año de becada le ofrecen un puesto fijo en ese mismo departamento. "Ahí avejenté diez años en uno", asegura, "porque me quedaba un curso de carrera y el trabajo era superexigente, viajando, estudiando y haciendo la tesis. Lo recuerdo siempre al límite, con ojeras..., pero mereció la pena".

Con un análisis fin de carrera sobre el cómo influye la cotización de las acciones de las empresas rescatadas por los estados, recurriendo a estadísticas, datos y empresas de calificación como Moody's, logró el sobresaliente que se había propuesto. "Fue un sueño lanzar el gorro hacia arriba tras terminar una de las carreras más difíciles de Alemania, y más porque era de letras y tuve que empezar por la raíz cuadrada otra vez. Pero el que la sigue, la consigue".

Tiene 28 años e inicia una "inmersión completa en el trabajo". Primero asesora a clientes que abarcan desde firmas a entidades financieras, como bancos o brokers. Son sociedades de "solo dos personas", a gigantescas multinacionales como el Santander.

Ofrece desde ahí el asesoramiento de cualquier detalle, del cómo gestionar la admisión para adquirir una membresía, -"una hartada de papeles"-, hasta cómo conectarse técnicamente a la Bolsa, "algo que implica un set up enorme", sin olvidar las cuestiones legales y regulatorias que impone la Comisión Europea para armonizar el mercado financiero con más transparencia y seguridad.

"Por decirlo de otra manera, somos los securitas de la bolsa. Decidimos a quien dejamos entrar y somos el único contacto frente al cliente". Su mapa de competencias ahora es transnacional. "Yo tenía España, Portugal, Alemania del Norte, Frankfurt y Dubai. Ahí es donde me movía y asesoraba".

El vuelo que comenzaba en Gando sube a la estratosfera a los 31 años. "En septiembre de 2016 me hicieron jefa de la Deutsche Börse AG". De esta área existen tres unidades. Una para América, otra para Gran Bretaña, y la suya, que abarca todos aquellos clientes de Asia, Oriente Medio, Australia y Europa continental, con un equipo de siete personas, dos de ellas en París y las otras cinco en Frankfurt.

Son continuos viajes a Zurich, París, Barcelona, Madrid y toda Alemania para cubrir una cartera en la que se encuentran firmas como el citado Santander, BBVA, Caixa, Bankinter, Deutsche Bank, China Construction Bank, Credit Suisse Group, o el también suizo UBS AG.

Además, hace apenas unos días ha sido seleccionada por una escuela de negocios privada para participar en un seminario de liderazgo, "una beca muy codiciada", con ponencias, seminarios y tormentas de ideas".

Y es que, según afirma, "tener a un equipo a tu cargo es un trabajo continuo que pasa por ser un buen ejemplo para sus miembros y atender a las necesidades de cada persona en todo momento". Para esto, añade, "hay que ser consciente de ti misma para conocer la influencia que puedas tener en tu equipo".

Con esta nueva etapa suelta lo que sería un oxímoron para buena parte del resto de los mortales, al confesar que ahora se encuentra "muy cómoda, tras salir de mi zona de confort".

Sobre su mesa pasa el último segundo de la actualidad internacional, desde la compra del Popular por el Santander, en un proceso en que "tuvimos que hacer cambios internos para adaptar al segundo en la estructura jurídica del primero", o todas las complejas consecuencias del Brexit, en el que trabajan sobre las futuras restricciones de la relaciones comerciales y lo que implica para las empresas la avenida de la ingente regulación que implica, "por no hablar de la implementación en enero de 2018 de la transparencia en los mercados, que traen de cabeza a todos los clientes para interpretar las leyes de la Comisión Europea".

Pero Bordón no se olvida de Canarias. "Obviamente mi especialización no está en las islas, pero tampoco pasa nada porque tengo tres idiomas, he ganado aptitudes para liderar equipos, asesorar clientes, organizar eventos, sacar proyectos, y mi sueño es volver y encontrar un puesto de trabajo que conlleve un reto de ámbito internacional para representar a Gran Canaria en el mundo".

"Porque lo importante", sentencia, "es hacer lo que te gusta, no lo que te va a dar más dinero, porque ahí es donde es más fácil ser bueno en todo lo que emprendas".

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