Pese a las quejas vecinales de la calle Sor Ana, esquina calle Padre Anchieta, el ayuntamiento de Santa Brígida sigue sin adoptar las medidas necesarias para podar una enredadera que impide visualizar no sólo el nombre de la calle sino también la claridad de la farola que ilumina. Dificulta además el vertido de las basuras en los contenedores, además de ser un obstáculo para el tránsito de los viandantes por la acera. Los vecinos se preguntan hasta cuándo tienen que soportar esta situación por la indiferencia o pasividad municipal.