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San Bartolomé de Tirajana

"Me dijo que me había preparado una buena pero nunca imaginé dinamita"

Los hermanos Santana Martínez pelean por una herencia de casi dos millones desde hace nueve años

La familia Santana Martínez pelea por una herencia valorada en "casi dos millones de euros" desde hace nueve años. El último episodio de esta guerra familiar se saldó el pasado lunes con la incautación de la Policía Nacional de 30 kilos de dinamita en una de las naves, que custodia la estirpe en la zona de Las Lagunas de Tunte. Los explosivos fueron supuestamente colocados en el almacén por uno de los cinco hermanos en señal de "amenaza". "Me dijo que me había preparado una buena, pero nunca imaginé que usara dinamita para intentar volar el inmueble", aseguró ayer Jorge Santana en la puerta de su ferretería. Este vecino de Tirajana nunca había visto antes cartuchos en sus instalaciones, aunque sospecha que pertenecieron a su padre. El grupo de Técnicos Especialistas de Desactivación de Artefactos Explosivos (TEDAX) regresó ayer a Tunte para asegurarse de que no queda más dinamita oculta entre los recovecos del recinto.

El patriarca de la familia Santana, antiguo contratista, falleció de un infarto durante el incendio que azotó el interior de la zona Suroeste de Gran Canaria en 2007. Su muerte desencadenó una guerra entre sus cinco hijos, que optan a una herencia valorada en "casi dos millones de euros". El patrimonio de esta estirpe se distribuye en "fincas, viviendas y pozos" en los alrededores de Tunte.

Durante los últimos nueve años los enfrentamientos entre hermanos han acabado con denuncias en las dependencias policiales y sentencias en los tribunales.

Jorge Santana, benjamín de la familia, asegura que su "calvario" comenzó cuando su hermano Óscar decidió "ir contra él" y convencer a su madre para que le pidiera el "usufructo" de la ferretería que regenta enfrente de su casa.

Este vecino entiende que a los 86 años su progenitora no necesita "el dinero" y que simplemente se trata del afán de su hermano por "apoderarse de los bienes familiares" y dejar al resto en la "ruina".

Según cuenta Jorge a lo largo de este tiempo Óscar, que trabaja de subinspector del servicio de basura en el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, le ha hecho "la vida imposible".

"Me ha insultado, amenazado y denunciado de manera continua. Además, ha intimidado a mis clientes en la puerta de mi ferretería porque lo único que busca es cerrar mi local y dejarme sin nada", explica Jorge junto a su hermano Gustavo, que ha sido su principal apoyo familiar en los últimos años.

La semana pasada Gustavo, transportista autónomo, se desplazó como de costumbre hasta el almacén de Las Lagunas, donde guarda la maquinaria de trabajo. Al llegar al recinto, propiedad familiar, encontró unos cartuchos de explosivos apilados tras la pala de la excavadora.

Tanto Gustavo como Jorge aseguran que nunca habían visto antes estos explosivos en la nave, aunque no descartan que su padre los utilizara en vida para dinamitar algunos de los pozos de agua que custodiaba por la zona.

Inmediatamente, Gustavo alertó a la Policía Nacional de la presencia de la dinamita en sus instalaciones. Los agentes inspeccionaron la nave e incautaron cerca de 30 kilos de explosivos.

"Estoy vivo de milagro", aseguró Gustavo tras recordar que junto a la dinamita ha utilizado maquinaria cuya simple vibración pudo haber motivado la explosión de los cartuchos.

Tras las continuas "amenazas" de su hermano Óscar y el hallazgo casual de este material junto a sus pertenencias, Gustavo decidió denunciar a su hermano en la policía con Jorge como testigo.

"Ya no se trata solo de insultos, sino de palabras mayores. Incluso mi hijo de nueve años estuvo hace apenas unos días en la nave. Además, mi deber es denunciar la existencia de este material en el recinto", agregó Gustavo, quien acompañó ayer a los TEDAX durante una segunda inspección con perros a sus instalaciones industriales.

"Me duele porque en el fondo es mi hermano y, a pesar de que he intentado arreglar las cosas durante años, él continúa provocándome todos los días", continuó Jorge en la puerta de su vivienda, ubicada a solo unos metros de la casa de su hermano. El denunciado, Óscar Santana, se unió ayer a la procesión de Santiago en Tunte tras visitar las dependencias de la Policía Nacional. Este vecino declinó ayer dar declaraciones a este periódico sobre lo sucedido en Las Lagunas.

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