Para encontrar un sitio en la iglesia de Santiago de los Caballeros, en Gáldar, el día en que se celebra su festividad hay que madrugar. Desde las diez y media de la mañana llegó al templo ayer Mina Pulido, vecina del barrio de La Montaña, que estaba sentada en el primer banco desde donde seguía con todo detalle la celebración de la misa, que fue oficiada por el obispo de la Diócesis de Canarias, Francisco Cases. "Siempre vengo pronto a la misa de Santiago porque es la única forma de tener un sitio" comentó esta feligresa, que "desde niña" acude a esta celebración religiosa así como a la procesión. Y prueba de esta veteranía la demostró al hablar sobre la decoración floral del templo, en la que las esterlitzias y lirios se imponían con sus colores naranja y amarillo. "Son esas flores con la que siempre se ha adornado la iglesia por Santiago" remarcó.

Pero, si bien eran muchos los galdenses y fieles de toda la Isla para los que "el fervor y la ilusión" como manifestó Eloisa Quintana González, que reside en el mismo casco, aunque estos días veranea en Agaete, les llevó a acudir al templo, también fueron otros tantos, los que prefirieron aguardar en la plaza de Santiago para ver el paso de la imagen del Apóstol, y también el de las autoridades.

A las doce en punto del mediodía, Francisco Rivero Moreno, que a sus 86 años presumía de estilo: gorro gris marengo, pantalón a juego, chaqueta azul, y corbata rosa, estaba atento a la salida de los políticos de las casas consistoriales. "Me gusta venir, ver a los políticos, y ver la procesión" contaba este vecino de Becerril. Pese a que andaba con la ayuda de un bastón, para seguir la entrada de la comitiva, encabezada por el alcalde de Gáldar, Teodoro Sosa, junto al de Guía, Pedro Rodríguez, a los que les seguían los regidores de Agaete, La Aldea, y Artenara, se adelantó con celeridad al frontis de la iglesia . "Ahí está Román Rodríguez, el aldeano" señaló mientras el diputado regional pasaba a su lado junto al también diputado, en este caso, nacional y concejal del Ayuntamiento capitalino, Pedro Quevedo, y la delegada del Gobierno, Mercedes Roldós. De la comitiva religiosa, que presidía el obispo Cases y al que acompañaban otros doce sacerdotes, entre los que estaba el párroco Manuel Reyes, obvió todo comentario. "Mi mujer prefiere venir mañana, día de Santa Ana, que hay menos gente que hoy " añadió.

También decidieron quedarse en la plaza Claudia Miranda Vega, de 82 años, y su hija Toñi Pérez Miranda, de 61. "¿Quien aguanta dentro? Sales con fatigas" apuntó la progenitora, a lo que su hija respondió: "No hay donde sentarse y hay mucho barullo". Ambas explicaron, que acuden para acompañar al santo durante la procesión, pero también por cotillear un poco y ver a los representantes de la política , del empresariado, y de la vida social de la comarca. Allí estaban entre otros, el empresario galdense Félix Santiago Melián, también Sebastán Grisaleña, y la Guayarmina de estas fiestas de este año Daisy Moreno, y el Bentejuí Saúl Nuez.

En otra esquina de la misma plaza el grupo de amigos de Tito Pérez estaba de tertulia a la espera de que pasara la procesión. Sin tapujos, desvelaron que antes si que iban a misa "pero desde que se les empezó a hacer muy larga" optaron por ver al santo desde la calle. Con tono serio, para atajar las bromas que hacían sus amigos, Diego Montesdeoca, declaró que cuando si "entra en la iglesia es el día del Corazón de Jesús, -que secelebra en junio-, entre otras cosas porque hay menos gente".

Eran las dos y cuarto de la tarde cuando se aproximaba al sitio que habían elegido estos vecinos las bandas de Música de Gáldar y de San Isidro Labrador de Cardones, que acompañaron con sus sones el recorrido religioso por las calles del casco de la Ciudad de los Caballeros. Instantes después se acercaba el trono con la imagen de Santiago que apenas le quedaba doblar la calle para dirigirse al templo de donde había salido casi una hora antes.

La festividad del patrón movilizó hasta Gáldar a vecinos de los barrios de esta localidad, de pagos cercanos de la comarca Norte, pero también a fieles y peregrinos de otros municipios de la Isla. Entre los que habían hecho el camino a pie se encontraban varios senderistas del grupo Neophron Jubilosos. A Manuel Duro la travesía de cuatro horas de camino desde La Atalaya, que ha hecho en doce ocasiones, no le resulta pesada. Pero, tampoco, según comentó, le ha parecido muy duro andar desde Tunte hasta Gáldar. "Somos lentos, unas veces hemos hecho hasta noche en el Garañón, pero otras hemos salido a las cinco de la mañana de Tirajana y llegamos a Gáldar a las cinco de la tarde" aseguró.

Pero, aunque a este grupo de peregrinos lo de ir a pie forma parte de su tiempo de ocio, todos dejaron claro que en días como el Santiago les mueve también un sentimiento de devoción.

Precisamente en la homilía, el obispo de la Diócesis de Canarias, Francisco Cases, hizo una llamada de atención a los fieles y reclamó la recuperación del sentido religioso de celebraciones como la de Santiago. "Las fiestas se van en lo lúdico, en la recuperación de las tradiciones, pero no se pueden quedar en eso" recalcó el obispo.

Los padres no hablan de Jesús

También culpó a los padres del hecho de que falten niños y jóvenes en las comunidades cristianas. "Los niños llegan a las catequesis sin saber rezar el Padrenuestro, ni el Ave María, ni hacer la señal de la Cruz, y eso es porque los padres no le han hablado de Jesús" enfatizó. En este sentido, se refirió a la figura de Santiago como ejemplo a seguir porque "habla de Jesús desde el principio".

Cases destacó que la historia de persecución que vivió este discípulo de Jesús se sigue repitiendo en la actualidad , y añadió tanto "obispos o sacerdotes como laicos somos hijos de mamá que queremos destacar, y como le ocurrió a Santiago cuando Jesús se moría, también nos quedamos dormidos". El obispo defendió la libertad para hablar de Jesús en la educación de los hijos y en el matrimonio, y concluyó que "tener a Santiago significa seguir sus huellas".

La procesión del Apóstol dió para mucha tertulia en la calle y en los bares. Al regresar el santo al frontis volvió a sonar el Himno de Gáldar en las voces de la Coral Polifónica y la Banda Municipal , y las tracas y voladores marcaron el final de la celebración eclesiásitica, pero no de la fiesta. Durante la tarde volvió la diversión a la Ciudad de los Caballeros con la Batalla de Flores en la que la música hizo saltar a grandes y pequeños.