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Hielo de casa para refrescar La Rama

"No puede faltar", afirma Echedey Vega entre la multitud de rameros en una calurosa jornada festiva en Agaete y antes del chapuzón previo a La Retreta

Fiesta de la Rama de Agaete 2017

Fiesta de la Rama de Agaete 2017

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Fiesta de la Rama de Agaete 2017 Miguel Moreno Dapena

El calor se atajó con hielo. Mucho hielo y en el equipaje. Portado desde casa. Como cada cuatro de agosto, la villa marinera de Agaete se convirtió en la capital parrandera de Canarias. Los habitantes del municipio norteño, y otros tantos de la geografía grancanaria, reservan sus vacaciones para que coincidan con las fiestas populares de Las Nieves. "Los que no están aquí es porque tienen algo que los retiene", aseguró Pablo Sosa, vecino y ramero en el Valle y en la Villa. "Porque no hay nada más importante que esta fiesta", sentenció el joven, que celebra sus 27 años dentro de un papagüevo. "Este año me tocó bailar aquí metido con el calor que hace", explicó Sosa, que pidió a todos que agitaran sus ramas para "que lloviese de una vez por todas".

Los jóvenes ya preparaban la fiesta desde hace días. "Los grupos de Whatsapp echan fuego desde el miércoles", desveló Aday Monzón, que vino desde Las Palmas de Gran Canaria. Los rameros organizaban la logística para que nada fallase el día de la bajada. "Ya hay años de experiencia, no se pueden repetir errores", aseguró Viera, que pese a su juventud lleva más de siete años acudiendo a la villa marinera el cuatro de agosto.

Cristina Romero, de 25 años, vino la noche anterior junto a sus amigas para evitar jaleos de aparcamiento. "Así tenemos el coche ubicado y disfrutamos La Diana", explicó Romero. Su amiga Marta López, de 23 años, se encarga de conducir. "Todo está pactado desde hace días", desvela la muchacha. Los jóvenes llevaban días estructurando la fiesta por el chat del móvil. "Uno se encarga de comprar la bebida, otro de llevar el coche, donde nos reunimos, toda la organización está por escrito para facilitar las cosas", afirmó Romero. Echedey Vega se encargó de los hielos. "Es una labor muy importante", aseguró, "porque tienen que llegar en condiciones", añadió. El joven galdense bromeó con el significativo papel que juega el hielo un día como el de La Rama. "Bébete tú un cubata sin hielo con el calor que hace", sentenció Vega.

Razón no le falta. Los asistentes a la fiesta aparcan sus coches a medio kilómetro de la plaza y la calle Guayarmina, por donde transcurre la bajada. Por esos caminos que llevan a La Rama hay varios puestos que venden el hielo a precio de oro. "Tienes que traerlo de casa porque sino aquí te cuesta un riñón", dijo en tono sarcástico Vega. Además, Romero añadió que el hielo tiene que durar toda la fiesta, "no puede faltar". "Yo traje tres bolsas", aseveró Vega para calmar a su grupo ramero.

El calor apretó a medida que llegaba el mediodía. Fue una Rama de las más calurosas, y eso animó a los asistentes a darse un chapuzón por la tarde y a reponer fuerzas antes de La Retreta, que en esta edición cumplía 125 años. Con las elevadas temperaturas muchos preferían celebrar La Rama a la sombra o en el interior de las viviendas.

Mercedes García abrió, un año más, las puertas de su casa, la número dos de la calle Guayarmina. "Mi abuela siempre abría las puertas a todos durante La Rama", explicó la mujer, que congregó a toda su familia y amigos. Mercedes, como prefieren que la llamen para distinguirla dentro de la familia García, recordó como se vivía la popular fiesta en el interior de las viviendas de la villa marinera. "Los mayores consiguen que toda la juventud repartida entre las islas se reúnan para estas fechas", comentó Mercedes, que rememoró sus primeras fiestas. "La abuela preparaba comida para todos, un puchero de ropa vieja de carne, y lo que traíamos entre todos", narraba, "la casa era tranquila todo el año, pero para La Rama se organizaba una fiesta que montaba un buen jolgorio", agregó. Mercedes recordó que antiguamente las casas se pintaban días antes para dar buena imagen durante las fiestas de Las Nieves.

El domicilio de los García ha vivido incontables ramas desde el siglo XVIII. "No somos una familia fiestera, pero La Rama lo es todo para los agaetenses", afirmó Mercedes. Su sobrino, José María García, lo resumía en una línea. "Con esta fiesta uno ya tiene para todo el año", sostuvo José María, que celebrará sus cincuenta años en unos días. "Medio siglo y toda la vida ligado a La Rama", aseguró.

No es el único. Muchos de los jóvenes norteños organizan sus vacaciones en torno a las fiestas patronales de Agaete. "Yo organizo el año pensando en La Rama", declaró Pablo Sosa, de 27 años, que no se ha perdido "jamás" una rama. "Todos los años voy a la del Valle por San Pedro y a la de la Villa por Las Nieves", desveló. Este año Sosa se hizo responsable de un papagüevo por primera vez. "Había bailado con ellos en otras ediciones, pero quise dar el salto esta vez", confesó. Sosa hacía turnos con sus amigos bajo el sol abrasador y el calor de la gente. "Parece que no, pero entre la multitud hay cinco grados más", aseguró el joven, que en un descanso aprovechó para comerse un bocadillo de queso con una cerveza fría. Sosa siente especial devoción por La Rama debido a que coincide con su nacimiento. "Yo le digo a todos que esta fiesta es por mi cumpleaños", comentó en tono humorístico el joven. "Lo que sí es cierto es que nunca he tenido que organizar una fiesta por mi aniversario", afirmó Sosa, que se enfundó el papagüevo sobre los hombros y se dirigió hacía la multitud.

Los rameros se esparcían por toda la villa de Agaete, esperando a que la banda de Guayedra les avisara de la bajada. Manolo García, antiguo integrante de las dos bandas musicales del municipio norteño, recordó también la emoción de participar en la fiesta "más importante" del año. Manolo asegura que siempre le gustó hacer que los demás puedan divertirse. "Muchos años tocábamos en todas las fiestas de Gran Canaria", rememoró. Manolo no se preocupa con la transformación que ha sufrido La Rama. "Lo importante es que nos reunamos todos para divertirnos", explicó. Este año la banda era escoltada por 25 agentes de seguridad y siete policías locales. "Recuerdo que a mí me acompañaba mi hermano durante La Rama", declaró Manolo. Lo único que lamenta el hombre es el tiempo que lleva a la comitiva a llegar al puerto de Las Nieves. "Antes llegábamos a las tres de la tarde, ahora como pronto están a las siete", detalló el músico, que ya no participa con las bandas pero sí toca puntualmente con ellos. "El ritmo no se pierde", confirmó.

Agaete se convirtió, un año más, en la gran capital de la parranda isleña. "Hasta viene gente de Tenerife en el Fred Olsen por la mañana y se van por la tarde", desveló Elisabeth Rodríguez. El día terminó con La Retrata, todo un espectáculo con una visión y vocación teatral de animación callejera nocturna. Los valientes que aguantaron La Diana, La Rama y La Retreta tuvieron como recompensa la exhibición de fuegos artificiales. Hoy es el día grande de Las Nieves, cuya imagen parte de la ermita hacia la Concepción para el encuentro en el Puente Viejo al mediodía. Por la noche, a las nueve y media, concierto de Vocal Siete y su espectáculo 'Todo se transforma'.

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