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Echedey Lorenzo y la nube del futuro

El grancanario es Arquitecto de Sistemas de la multinacional sueca Ericsson. El isleño asegura que el mundo estará gestionado por las máquinas en los próximos veinte años

Echedey Lorenzo y la nube del futuro

Echedey Lorenzo lleva su nombre guanche asociado al de la multinacional sueca Ericcson desde los 27 años. Nacido el 2 de enero de 1981 se califica un poco friki por la tecnología, y ese 'poco' le ha llevado a una carrera que va por las nubes. Por la nube de datos.

Nace en la capital grancanaria pero se cría en San Fernando de Maspalomas. Es allí en el colegio donde cumplimenta la educación primaria para terminar secundaria en el Arenas de la misma localidad.

De ahí a la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, donde termina Ingeniería Técnica de Telecomunicaciones en Sistemas Electrónicos, un menú de nombre tan largo como de compleja digestión.

Para tratar de desmenuzar el contenido de esta carrera "muy bonita y bastante complicada", Echedey explica que además de conocer la historia del teléfono o de las primeras comunicaciones móviles, trata en última instancia del cómo proporcionar a las personas las maneras más rápidas y eficientes de comunicarse por el planeta, con mucha matemática y electrónica, por lo que "requiere de cierto esfuerzo con muchas horas de estudio para prepararte una y otra vez las mismas asignaturas".

Al fin y al cabo, asevera, "eso es lo que te forma como ingeniero, el de la precisión y cosas bien hechas".

Y tan bien hechas que aún sin terminar la carrera no sólo contaba con trabajo sino "que recibía ofertas porque el mercado laboral comenzó a tirar y tirar". Así empieza en una firma de La Minilla: Edosoft Factory, empresa que participa del programa Marco, el plan estrella de la Unión Europea para el apoyo de la Investigación y Desarrollo. Ahí Echedey Lorenzo inicia su periplo profesional participando en la redacción de las memorias técnicas necesarias para acogerse a las subvenciones de proyectos de I+D.

Como, por ejemplo, estudiar las áreas de interés para Europa susceptibles de instalar redes de sensores inalámbricas para la agricultura, chismes que automatizan el riego, detectan la humedad y la temperatura "y según las condiciones abren o no el riego. Yo hacía las memorias técnicas necesarias. Y me encantaba", resuelve como el que acierta en un Sudoku después de destriparlo.

El asunto es que de ahí pega un gran salto cuando apenas iba a dar un brinco. "Desde esa empresa me envían a Madrid como consultor de verificación de sistemas de comunicaciones a Ericsson Madrid.

"Tenía 27 años. Soy un friki y eso les gusta, así que mi hicieron una oferta directa cuando entregué el proyecto fin de carrera" para entrar en la multinacional sueca.

En Ericsson Madrid pasa seis años, con dos proyectos principales entre manos, uno relacionado con la gestión de políticas de tráfico de datos en grandes operadores, y otro de desarrollo de una tecnología de virtualización que simplifica y saca el máximo provecho a los sistemas de comunicación, y con el que Echedey llamó la atención "de los compañeros en Suecia, en la casa madre". Es así como le asignan nueve meses en la central y ahora otra nueva oferta para quedarse otro tanto. "A este paso voy a terminar en el Polo Norte", bromea.

Ericsson se dedica hoy principalmente a proporcionar a los operadores de telecomunicaciones los sistemas que les permita cursar su tráfico de datos y voz. Y Lorenzo está inmerso en la nube de datos de la compañía, diseñando los sistemas de verificación automatizada, esto en un mundo que, según viene a resumir, está preparándose para un cambio trascendental.

Y pone de ejemplo ese automatismo en el que trabaja. "Muchas pruebas de los sistemas de comunicaciones", detalla, "se hacían a mano, y hoy se diseñan sistemas que realizan la verificación automática. Esto afectará a muchos puestos de trabajo, a no ser que las personas que antes ocupaba esa función estudie los nuevos métodos de automatización". Se trata de una suerte de bucle que el isleño trata de diseccionar con ejemplos, algunos inquietantes. "Dentro de veinte años el mundo estará gestionado por máquinas, sí. Pero a su vez las máquinas las gestionarán los humanos, lo que creará un nuevo paradigma de la sociedad".

Y ahí va la guinda. "Dentro de no mucho tiempo Europa estará traspasada por camiones que harán sus rutas sin conductor, pero mucho de esos conductores podrán encontrar empleo en las empresas que programen sus rutas".

Pero el futuro es telecomunicación. "Veremos un mundo en el que las distancias no importan y es aquí donde hay que lanzar el mensaje a los jóvenes que dudan en salir fuera, en el hecho de que las tecnologías eliminan fronteras, y "aquellos ingenieros canarios que quieran formarse en grandes empresas de fuera pueden hacerlo luego desde Canarias ofreciendo riqueza y conocimiento a las islas".

Puede que para las multinacionales Canarias "no sea tan apetecible para traer oficinas físicas, pero sí harían un esfuerzo para que el talento de los canarios sea visible desde de las islas y contribuyan al desarrollo de un mundo conectado". Un mundo conectado que, según su visión, incluye nuevas formas de interactuar incluso con los móviles, "que se convertirán en una ventana en la nube donde estará toda la información a la que queramos acceder".

Depende mucho a qué año o momento denominemos futuro, pero yendo más allá, "será un chip integrado en nuestro cuerpo, pero la gran pregunta es si podremos sobrevivir sin un terminal móvil, porque todas las personas que apreciamos exigen ahora que nos comuniquemos a través de él, y entonces la respuesta es no".

"El móvil ha entrado a formar parte de nosotros mismos para todas las tareas de la vida. Las telecomunicaciones serán una parte fundamental del ser humano, aunque supongo que lo importante es que mientras estemos comunicados seguiremos siendo humanos".

Lorenzo, en este aspecto, sigue conectado íntimamente a Canarias, porque su idea es volver a las islas, "para aportar todo lo que he aprendido en mis años fuera, para contribuir al desarrollo tecnológico de las islas en una Canarias que solo tiene futuro si la construimos entre todos".

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