El Cabildo de Gran Canaria y el Ayuntamiento de Tejeda firmaron ayer el convenio que permitirá construir un nuevo mirador en la Cruz de Tejeda, situado en el lugar donde Miguel de Unamuno calificó la cumbre de la Isla como "una tempestad petrificada". Una plataforma de 423 metros cuadrados, junto a la actual parada de la guagua, ofrecerá a los visitantes una panorámica de toda la cuenca de Tejeda, coronada por el Roque Nublo, el Bentayga, el Fraile, el Narices y, al fondo, Tenerife y el Teide.

El convenio fue rubricado por la consejera insular de Política Territorial, Inés Miranda, y el alcalde de Tejeda, Francisco Perera, quienes consideraron que este es el mirador más "emblemático" y "especial" de todos los que están previstos en el Plan del Paisaje del Cabildo, pues desde allí se observa una de las imágenes más conocidas de Gran Canaria. También es una antigua aspiración de ambas instituciones.

Miranda calculó que las obras podrán empezar a finales de noviembre, con un plazo de ejecución de dos meses y un presupuesto de 245.000 euros. El diseño del mirador es del arquitecto Jorge Hernández Fernández y se realizará con los materiales tradicionales de la zona, únicamente en piedra, acero cortén y madera.

La construcción respetará e integrará los tres castaños y el pino que existen en el lugar. Solo habrá que derribar un pequeño muro del Parador de Tejeda para permitir el acceso a los senderos colindantes, explicó Miranda, quien precisó que el Cabildo asume todo el coste de la construcción y el Ayuntamiento de Tejeda se encargará del mantenimiento.

La consejera apuntó que la nueva atalaya de observación "se enmarca dentro de las actuaciones del Plan Territorial Especial de Ordenación del Paisaje de Gran Canaria (PTE-5), aprobado en 2014, que propone la realización y acondicionamiento de miradores en torno a los circuitos turísticos de la Cumbre y los espacios naturales".

El Cabildo, según Miranda, resuelve así "la confusión" que sufren muchos visitantes de la ruta de la Cumbre, pues el antiguo mirador se encuentra dentro de las dependencias del Parador Nacional de Turismo. "Este enclave necesitaba un mirador con un acceso al público perfeccionado para poder disfrutar de uno de los paisajes más hermosos de Gran Canaria, que además tiene una gran afluencia de público".

Por su parte, el alcalde Francisco Perera, agradeció doblemente la actuación del Cabildo, por un lado "por hacer realidad una de las aspiraciones del municipio" y, por otra, por hacerlo "escuchando" las necesidades del Ayuntamiento. Perera recordó que una de las prioridades del gobierno municipal en los últimos seis años es crear una red de miradores.

El Plan del Paisaje del Cabildo ya contempla otros dos miradores, el de la Degollada de Becerra (actualmente cerrado en espera de obras de mejora) y el de la Presa de las Niñas. Por su parte, el Ayuntamiento promueve otros en lo alto del casco urbano de Tejeda y en los barrios de Las Crucitas, La Solana y Mesa del Junquillo. El alcalde también confió en que el Cabildo reabra en dos o tres meses el Centro de Interpretación del Roque Bentayga, cerrado por reformas.

El proyecto presentado ayer sostiene que la Cruz de Tejeda "es uno de los principales atractivos turísticos de la Ruta de Las Cumbres, punto neuronal y de paso habitual de cientos de turistas cada semana". En el ámbito del Parador se localizan varios restaurantes, terrazas, el hotel El Refugio y también un mercado de productos tradicionales.

"En la práctica", añade el documento, "quienes visitan la Cruz de Tejeda terminan por disfrutar de las vistas en un zona improvisada muy reducida y poco segura al borde de la carretera, sin protección a posibles caídas y navegando entre filas de coches que colonizan el espacio".

Entre otros equipamientos, en el nuevo mirador se creará una zona para que las personas pueda sentarse a disfrutar de la vista, una papelera y un espacio de sombra con la inserción de vegetación mediante plantación de árbol de porte. También se contempla para las jardineras la implantación de vegetación arbustiva autóctona, así como bolardos, pilotes y demás elementos destinados a evitar el estacionamiento de vehículos.

Se han evitado las vallas metálicas continuas en zonas de alto valor natural o en zonas de paisajes abiertos, utilizando alternativas como muretes de contención revestidos en piedra, vallas recubiertas en madera u otras soluciones en función del lugar.

"Se ha contemplado en el presupuesto una partida para adecuar el terreno afectado por la intervención mediante tierras de la zona o grava, y la limpieza del entorno cercano del mirador al finalizar la obra", recalca el proyecto.