El pueblo de Firgas dio su última despedida el viernes por la noche al menor Raúl S., que falleció el pasado jueves al recibir una descarga eléctrica en una torreta que intentaba escalar junto a un estanque ubicado la zona del pasaje del Álamo. El cuerpo sin vida del joven, que había sido trasladado a primera hora de la tarde del viernes hasta el tanatorio de Miller Bajo procedente del Instituto de Medicina Legal de Las Palmas de Gran Canaria, fue velado durante toda la tarde por sus amigos, que no quisieron dejar solos a los familiares en tan duros momentos.

El sentimiento de tristeza que se vive estos días en Firgas se dejó sentir en la sala, en la que se congregó buena parte de la juventud del pueblo. Hasta las nueve de la noche todos, desde los más jóvenes hasta los más ancianos, se acercaron para mostrar sus condolencias. Una hora más tarde fue incinerado tras un responso religioso.

El Ayuntamiento de Firgas, que el jueves declaró tres días de luto oficial que concluirán en la medianoche del domingo al lunes, retomó este sábado las actividades de las fiestas de San Roque en un ambiente enrarecido por el fallecimiento de Raúl, aunque el alcalde, Manuel Báez, reconoció que a los vecinos les costaba salir de sus casas para asistir a los actos, aún consternados por la luctuosa noticia.

Apreciado por sus compañeros

Raúl se había labrado una exitosa carrera en las categorías inferiores de la AD Huracán y en la actualidad pertenecía a la cadete. El equipo emitió un comunicado lamentando el fallecimiento en el que describió al adolescente como alguien "muy apreciado por sus compañeros de equipo por su especial carácter". Durante cuatro temporadas había pertencecido al club, al que llegó tras su paso por el Cardones de Arucas.

El menor perdió la vida mientras disfrutaba del verano en un estanque cercano al barranco de Azuaje, un lugar al que solía acudir con sus amigos para refrescarse en los días de mucho calor. En un momento dado trató de subirse a la torreta y fue entonces cuando presuntamente recibió la descarga eléctrica que acabó con su vida. A pesar de que en un principio se barajó la posibilidad de que el menor se hubiera precipitado desde una altura de 20 metros, la Guardia Civil descartó que la caída tras la electrocución hubiera tenido lugar desde una distancia superior a los cinco metros.