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Juanjo Feijoo, el unicornio de las tecnológicas

El isleño logra en pocos meses una ronda de inversión para una 'startup' de 400 millones de dólares. Ha trabajado para Google, Instacart y, ahora, para Adobe Systems

Juanjo Feijoo, el unicornio de las tecnológicas

Juanjo Feijoo es un señor difícil de coger quieto. Enlaza avión con reunión y vuelta, de forma que pararlo unos minutos es un acto de difícil frenada. Nacido en Argentina el 23 de septiembre de 1985 llega a Gran Canaria con apenas tres años de edad, donde empieza sus estudios en el Colegio Británico de la capital.

Reside en Tafira con "once o doce años", y su entretenimiento es el estándar de la época, "bajar mucho con mis amigos a Vegueta, a Triana, o ir al sur a la playa, a San Agustín y Playa del Inglés", compadres con los que aún mantiene contacto a través de las redes sociales.

Feijoo cuenta desde Nueva York, donde ha acudido a una reunión relámpago, que es muy futbolero, pero que le daba más al tenis y al paddle en el club La Calzada. o también a la natación en el Metropole. "He residido en muchos sitios", hace un alto en el relato, "pero la verdad es que la calidad de vida de Canarias es muy difícil de encontrar".

Y uno de esos sitios es Inglaterra, donde estudia la carrera de Empresariales. Su periplo profesional es bastante rápido porque en nada comienza a trabajar en empresas tecnológicas en la propia Inglaterra para luego pasar a Irlanda y los Estados Unidos en un momento de gran crecimiento de las punto.com

"Y así me llega una oferta de Google en 2007", cuando entonces la firma, hoy una de las más conocidas del mundo y con capacidad para procesar más de mil millones de búsquedas diarias, no tenía aún diez años de existencia.

A formar parte de la plantilla del buscador más solicitado del planeta llega por "una casualidad total, por mi perfil de LinkedIn que se ajustaba al de alguien para trabajar en España. Así que me entrevistaron y me quedé cinco años con Google en Irlanda. Y luego también con ellos otros tres años ya en Estados Unidos".

Pero, ¿qué es lo que hace un titulado en Empresariales en una firma de software puro?

"Pues primero formar parte de los equipos de operaciones, en lo que se denomina Google shopping, y una vez en Estados Unidos en estudiar y determinar la forma de generar ingresos para Google Wallet".

O dicho de otra manera, "en diseñar las distintas operaciones de la empresa, así como los acuerdos con los diferentes bancos o con los clientes".

Con ese bagaje entra en una nueva firma, Instacart, una startup de San Francisco en la que se coloca como vicepresidente de operaciones y vicepresidente de marketing.

La ocurrencia de Instacart consiste en hacer la compra del súper en línea y llevarla a casa, una idea en principio sencilla pero de muy compleja logística, porque entre la petición de la cesta de la compra por parte del cliente y la entrega al zaguán de su casa no pueden pasar más de 60 minutos.

Se trata, como es obvio, de una empresa privada que como tal requiere de financiación, "y buscas inversores". Y se ve que en buscar inversores a Feijoo y su equipo se les da de maravilla.

Tras resolver cuánto efectivo disponía Instacart y analizar gastos, retornos y futuribles inicia lo que se conoce como una 'ronda'. Que más que ronda, se convierte en todo un póker de ases. Tras meses de reuniones y de visitas a puntos calientes como Silicom Valley, la empresa, que estaba valorada en ese momento en 2.000 millones de dólares, logra del golpe 400 millones, disparando su cotización a los 3.400 millones de dólares. "Fue genial", dice, "porque no son cifras normales para una startup".

Con ello consiguieron reafianzar con creces la calificación de la firma en lo que se denomina en el sector como un "unicornio, que son aquellas que están valoradas en más de mil millones de dólares".

Juanjo Feijoo lo cuenta con cierta pachorra natural, como si estuviera acostumbrado a moverse a golpe de millones de dólares.

"Bueno, esto también se consigue con un poco de suerte y mucho trabajo. Para lograrlo hay que entender el mercado, hacer buenos acuerdos y, lo crítico, establecer una línea con los supermercados para poder optimizar todo el proceso con el fin de conseguir costes muy bajos, o lo que es lo mismo, crear una situación en el que el pedido salga casi gratis, tanto como ir personalmente al mercado pero que aparte pueda generar dinero. De esta forma el supermercado comparte los beneficios para atraer los clientes", todo ello en una mecánica afinada al milímetro.

Pero después de capitalizar el asunto en Instacart, Feijoo dejó la empresa. "Me llamaron hace un mes" de Adobe Systems Incorporated", la emblemática empresa de software estadounidense, "porque quieren evolucionar el equipo de productos creativos y porque se han propuesto aplicar la rapidez y los reflejos que son característicos de las pequeñas empresas startup en una de las mayores firmas tecnológicas".

El nuevo encargo lo mantiene en la ciudad de San Francisco y asegura que allí "está pasando tanto en tecnología que en una semana me contactan hasta tres o cuatro empresas. Al principio da algo de vértigo, sí, pero luego te acostumbras. Ayer mismo, me volvió a contactar Google", confiesa, en una situación difícilmente extrapolable a la de España.

Por eso mismo acaba de crear hace apenas hace solo dos meses Gate 39 Ventures, un fondo de inversiones en San Francisco con el propósito de "atraer inversión de empresas españolas que puedan llevar sus productos allí y crear un ecosistema similar".

Según afirma en España "hay talento, habilidad y ganas, pero a veces no arrancan estas iniciativas simplemente por la falta de experiencia, y con este fondo tratamos de ayudar a las empresas tecnológicas que están empezando a trabajar como se hace en Silicon Valley, además de facilitarles el acceso a los inversores estadounidenses de tal forma que se pueda conseguir que estos métodos también funcionen en nuestro país".

Para reforzar la idea el propio nombre del fondo, Gate 93, es toda una declaración de motivos porque ese es el número "de la puerta de embarque del aeropuerto de San Francisco a España".

Apuntando más su objetivo hacia Canarias confiesa que le gustaría volver "en algún momento, pero me frena algo su ámbito laboral, en que faltan oportunidades, aunque también es cierto que éstas hay que buscarlas y en este sentido Canarias tiene muchas cosas únicas para encontrarlas".

"Hasta no hace mucho el principal problema de las islas", añade, "es la distancia pero este factor cada vez importa menos en un mundo en el que se dispone de internet y de videoconferencias, y por lo tanto se puede hacer muchas más cosas de las que se han venido haciendo tradicionalmente".

El grancanario se remite a experiencias como la de Instacart para volver a subrayar que "hay que entender el mercado, y una vez esto concluir que existen muchas oportunidades en el ámbito del turismo y en conectar a la gente. Si consideramos, y este es mi recuerdo de las islas, que es un lugar de gente muy cercana, se podría digitalizar esta ventaja para conectar a las personas, algo que sería realmente interesante".

Pero de momento a Feijoo le quedan no menos "de cinco o diez años en Estados Unidos y luego veremos", aunque lleva su isla y su capital en la cabeza, al fin y al cabo, cuando se le pregunta que qué tal en San Francisco no duda en compararla en términos similares. "Si, un poco cara, pero se vive tan bien como en Las Palmas".

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