El sonido de las guitarras eléctricas desbordó anoche el recinto ferial de Arucas. Cerca de 10.000 personas acudieron a la cita que estaba convocada con los grupos de rock dentro de la segunda velada del FiestoRon, en la que se completaron las veinte horas de conciertos. En una atmósfera especial, los cantantes consiguieron trasladar a todos los presentes a décadas pasadas. Y lograron que no pararan de bailar sin perder el hilo de las letras, sobre todo con los temas más versionados.

La entrega de músicos y público fue total. Ya lo había anunciado horas antes José Manuel Casañ, cantante del grupo Seguridad Social. "Vamos a dar el alma encima del escenario", prometía el vocalista en la destilería de Ron Arehucas, tras firmar en una de las barricas de la Sala de Celebridades. A sabiendas de que todas las entradas estaban vendidas, los componentes de esta banda daban por hecho la buena acogida que iban a tener durante el espectáculo. "Siempre en esta Isla nos han recibido con los brazos abiertos", comentó la voz de uno de los grupos referentes de la década de 1980, al tiempo que bromeaba que le iba a resultar "díficil" que la botella de ron, un reserva, con la que les obsequiaron en la fábrica de Arucas, "no cayera" anoche mismo.

Tras las fotos de rigor, y dejar sus dedicatorias y hasta una calabera estampada en el libro de honor de la destilería, los componentes de Seguridad Social, entre los que, además del al vocalista, estaban el guitarrista Javier Vela, el bajista Jorge Molina y el batería Víctor Traves, adelantaron que en su repertorio iban a estar Chiquilla, Comerranas, Acuarela o Quiero tener tu presencia. Y así sucedió después de las diez de la noche, cuando saltaron, con camisetas negras, sobre las tablas del FiestoRon.

El mayor festival de pop rock de Canarias arrancó a las seis de la tarde con Lua Lua Band en su tributo a Rock & Ríos, y siguió con el tributo a El Último de la Fila a cargo de Manolo, Burro y Cía, Seguridad Social, M Clan y Los Coquillos, que comenzaron su actuación ya en la madrugada del domingo. A las dos de la mañana aún quedaban ganas para seguir escuchando música en el recinto ferial de Arucas. Y dieron las cuatro y casi las cinco cuando se cerraba el espectacular cartel que ha sido acogido con todos los honores y la mayor complicidad por todo los que han disfrutado de las dos noches de música en este municipio del norte de la Isla.

También los componentes de M Clan se dejaron ver por la mañana en la destilería de Arehucas. "Al ver la catedral nos acordamos que habíamos estado aquí otra vez", comentó Ricardo Ruipérez, que dudaba si la visita tuvo lugar en 2003 o 2004. "Haces tantos conciertos que se te olvidan las fechas", añadió. El guitarrista de esta banda, que se formó en el 93, incluso desveló que hacía tiempo que no venían por Canarias porque la crisis también les tocó de lleno.

Le tocó a Ruipérez escribir la dedicatoria en el barril de aguardiente. "Para toda la gente maravillosa de Arucas y su magnífico ron", fue el mensaje que dejó el componente de M Clan, y que se quedó grabado para la posteridad.

De la misma forma, en el concierto lograron que las canciones como C arolina, California, Llamando a la tierra, y Roto por dentro, igual de grabadas en las memorias de sus seguidores, fueran seguidas con fuerza. Con un montaje sencillo, iluminación justa pero suficiente y un sonido impecable también ofrecieron sus nuevas canciones. Unos temas con mayor carga de profundidad, con instrumentación más acústica, que les acerca tanto a las raíces del folk americano como a los sonidos clásicos del rock con raíces. La noche dió para mucha música anoche en Arucas, igual que ocurrió el pasado viernes. Los organizadores de la cita, de 30.000 watios y 180.000 euros, ya piensan en la siguiente.