Los restos humanos encontrados el pasado domingo en el municipio de Agüimes apuntan al matrimonio desaparecido en el barrio de Guanarteme en el año 2012. A la espera de los resultados de la autopsia y de los análisis de ADN, las investigaciones de la Policía Nacional y de la Guardia Civil están dirigidas a confirmar que se trata de los cuerpos de Antonio Quesada Díaz y Ana María Artiles García, pues junto a los cadáveres se encontraron sus documentos de identidad, unas gafas, joyas y vestimentas que supuestamente llevaban el día de su desaparición.

Los hallazgos también han permitido estrechar el cerco sobre el principal sospechoso de la desaparición y muerte de la pareja de ancianos, según confirmaron fuentes policiales.

Agentes de la Guardia Civil recuperaron en la mañana de ayer los dos cuerpos, encontrados el domingo por el perro de unos cazadores en una escarpada ladera del Barranco de Las Vacas, entre las localidades de Agüimes y Temisas. Los cadáveres se encontraban semienterrados en un pequeño llano en medio de la pendiente, a unos 300 metros de la carretera GC-550, a la altura del punto kilométrico 14,500, donde existe una antigua escombrera con capacidad para aparcar varios vehículos.

Tras custodiar los restos durante toda la noche, agentes de la unidad científica de la benemérita desenterraron los cadáveres y confirmaron que se trata de un hombre y una mujer adultos. También recogieron la ropa y todos los objetos que se encontraban en la zona. Con dificultades por lo accidentado del terreno, a las 10.00 horas subieron tres grandes bolsas hasta la carretera, dos de ellas identificadas con los cuerpos del varón y de la hembra. En la tercera bolsa trasladaron los objetos semienterrados, entre los que se pudo distinguir un pantalón negro y una prenda de vestir de cuadros rojos. También se localizó la prótesis de una cadera y una cadena, que podrían pertenecer a Ana María Artiles. Según fuentes consultadas por este periódico, los cuerpos estaban juntos, pero uno con la cabeza junto al risco y el otro revés.

Una furgoneta de los servicios funerarios recogió los restos a las 11.30 horas para trasladarlos al Instituto de Medicina Legal de Las Palmas de Gran Canaria, donde se les practicará la autopsia para conocer las causas de la muerte. Las objetos se están analizando para averiguar la identidad de los fallecidos, aunque las fuentes policiales ya daban como muy probable que se trate de los ancianos desaparecidos en Guanarteme el 6 de marzo de 2012.

Secreto de las diligencias

El Juzgado que lleva el caso ha decretado el secreto de las diligencias y las investigaciones se dirigen ahora a averiguar cómo llegaron los cuerpos a ese lugar y si se trata de un accidente o un homicidio. Tras la retirada de los restos humanos por parte de la Guardia Civil, un equipo científico de la Policía Nacional, que es el cuerpo encargado de investigar la desaparición de los ancianos de Guanarteme, realizó otra inspección del lugar donde aparecieron los restos y tomaron fotografías del sitio exacto y de los alrededores.

Las primeras hipótesis apuntan a que los cuerpos fueron trasladados y colocados en el lugar, aunque esa sería una tarea muy complicada por el desnivel del terreno y la inexistencia de veredas. También se baraja que pudieron ser lanzados o arrastrados barranco abajo y luego enterrados. A solo unos pasos de donde fueron encontrados se abre un precipicio de cientos de metros hasta el fondo del Barranco de Las Vacas, un lugar solo transitado por cazadores y senderistas.

La explanada más cercana al lugar de los hechos es utilizada como mirador de los barrancos de Agüimes y del Roque Aguayro, pero también como vertedero de escombros. Ayer aún se podía apreciar el cadáver de una cabra en avanzado estado de descomposición. Por esa vertiente de la ladera no existen senderos, por lo que en principio se descarta que las dos personas fallecidas sufrieran un accidente mientras caminaban.

De hecho, solo un perro cazador pudo localizar los restos, a 12.00 horas del domingo, y sus gestos advirtieron a los cazadores del hallazgo. Los agentes policiales recorrieron ayer los alrededores en busca del posible camino de acceso al lugar en que aparecieron los cuerpos semienterrados. En el previsible caso de que fuesen trasladados hasta allí por otras personas, tuvieron que utilizar una gran fuerza y destreza para mover los cuerpos por la ladera, más si se tiene en cuenta que debieron hacerlo de noche. Aunque la carretera de Agüimes a Temisas y Santa Lucía es poco transitada, sí es habitual que durante el día pasen vehículos cada pocos minutos.

Guanarteme

Antonio Quesada y Ana María Artiles fueron vistos por última vez el martes 6 de marzo de 2012 en una popular cafetería de la calle Castillejos, en el barrio capitalino de Guanarteme. Eran entre las seis y la siete de la tarde Según testigos, merendaron en compañía de un hombre y después los tres subieron a un coche. El matrimonio había salido de la vivienda de una de sus hijas, cerca de la Plaza del Pilar, y se dirigían a la calle Mesa y López Plaza de la Victoria, donde tenían previsto comprar un audífono para Antonio Quesada.

Cuando desaparecieron, él tenía 76 años de edad y ella 74. Entre otras prensas, el hombre vestía una chaqueta azul y la mujer llevaba una prenda de abrigo celeste.

Al comprobar que no habían llegado a su domicilio, sus familiares presentaron una denuncia en comisaría a la mañana siguiente y se inició una búsqueda por la ciudad y por varios puntos del norte de la Isla, pues los desaparecidos procedían del municipio de Santa María de Guía. El primer lugar en inspeccionar fue la segunda vivienda que poseía el matrimonio en las medianías de Guía, sin ningún resultado.

El caso de la pareja de Guanarteme causó gran conmoción en la isla de Gran Canaria, pues aún estaban recientes las desapariciones de la joven Sara Morales, en julio de 2006, y del niño Yeremy Vargas, en marzo de 2007. Ambos siguen en paradero desconocido.

En los tres casos, se realizaron batidas por los barrancos de la isla y, en el caso concreto de la pareja de Guanarteme, se inspeccionaron los acantilados de la costa Norte, entre la capital y Agaete, pensando que podrían haber sufrido un accidente mientras paseaban por allí.

Sin embargo, los hijos del matrimonio siempre han sostenido que sus padres no desaparecieron por voluntad propia y siempre han temido que hubiesen sido raptados. Los cuerpos de seguridad siguieron varias pistas, pero todas sin resultados. Seis meses después, voluntarios del Grupo de Intervención Operativa de Rescate y Salvamento realizaron un rastreo en las medianías de Guía, también sin resultados. Desde entonces, en cada aniversario de la desaparición se han celebrado concentraciones en la Plaza del Pilar.