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Alexander Martín: "Canarias exporta profesionales"

El moganero comenzó de ayudante de camarero y hoy dirige uno de los mejores hoteles de Riu en México

Alexander Martín: "Canarias exporta profesionales"

Alexander Martín Sjolie vino al mundo por unas vacaciones, cuando su padre, de Mogán, y su madre, de Noruega, se conocieron en ese trance de ocio en el sur Gran Canaria. Quizá, tal vez, de ahí le venga la vocación de hacer de la vacación su forma de vida.

El asunto es que es así como se planta en el planeta Tierra el 13 de enero de 1985 donde realiza sus primeros cursos en tres colegios: Mogán, Noruego y Playa de Arguineguin, mientras que el bachillerato lo hace en el colegio Arenas Sur para finalizar su diplomatura en la Escuela de Turismo de León y Castillo.

Es una infancia mixturada de fresco y calor. "Buena parte de ella me la pasé al sol del sur, entre Arguineguín y Mogán, pero los veranos en Noruega".

Con ese ir y venir, y el manejo del noruego como idioma materno, "que supone un plus, más el hecho de que toda mi familia se dedica a ello me empezó a tirar el turismo", emprendiendo así una trayectoria dedicada en cuerpo y alma al sector desde los 19 años gracias en gran parte a la insistencia de su suegra Lilo Peuser. A esa edad inicia sus estudios de Turismo compaginándolos con el trabajo de ayudante de camarero en el Riu Palace Maspalomas. Aún no sabía que el apellido RIU se iba a convertir casi en el tercero de su propia identidad.

Solo hace un a lto laboral para dedicarse a los exámenes y tras obtener el título le ofrecen entrar a recepción. Dos años después da el primer gran salto. "Me ofrecen ir a México, al Hotel RIU Vallarta. Tenía 23 años".

A partir de ahí comienza un potente meneo. "A los seis meses abren un establecimiento nuevo: el RIU Palace Pacífico, y me promocionan a jefe de recepción. A los tres años y medio hay una nueva apertura, en el Hotel Riu Plaza Guadalajara, donde estoy seis meses de jefe de recepción hasta que me plantean volver al primero, al Vallarta, de subdirector. Fue en 2012 y tenía 27 años".

Alexander abre un paréntesis en el relato y se pone a hablar solo. "Es que aveces las condiciones del empeño y la dedicación priman a uno". Parece que a Martín cada vez que hace las maletas le suben de escalafón y así, en 2013 regresa al Palace Pacífico para culminar en 2016, con 31 años, de director de este coloso de 445 habitaciones de la línea Palace, la más exclusiva de la empresa y que se ocupa principalmente de huéspedes de Estados Unidos, además de ingleses, canadienses y mexicanos.

Pero el director se quita méritos. "RIU apuesta mucho por las personas que le son fieles. Yo lo que creo es que las oportunidades están y hay que saber tomarlas y trabajar para conseguirlas, al fin y al cabo es mi primera empresa y ya llevo 14 años de mi vida dedicándome el cien por cien a ella".

A eso hay que sumarle una política empresarial que promueve sus jóvenes talentos. "La firma, en este sentido, está creciendo mucho y son muchos los subdirectores en prácticas que tienen aquí la oportunidad de dar un salto".

El hotel que hoy dirige el moganero es una enorme atalaya con vistas al mar, con zaguán en playa y vistas impresionantes al Pacífico al que, cada día, pasa revista. "Me levanto a las seis de la mañana y a las siete comienzo a darle una vuelta por sus instalaciones, tanto las de los clientes como las de los interiores. Repaso como se cerró la noche, y reviso las aperturas de los distintos servicios. A partir de ahí nos ponemos a organizar los departamentos y estudiar los distintos temas, desde los económicos hasta los programas de ocio".

Y le chifla. Habla de su trabajo como el que también está vacacionando y de hecho es más de fuera, de despacho. "La empresa es muy operativa y nos quiere más de cara al cliente que dentro, y eso me gusta porque soy poco amigo de estar encerrado, con lo cual puedo compartir con ellos sus propias experiencias".

Y aprovechando su experiencia Alexander insiste en animar a los isleños que optan por la carrera de Turismo "a salir y conocer", aunque advierte que no es fácil. "En mi caso fue duro, porque con 23 años te vienes al otro lado del mundo, pero después se hace patente tu crecimiento en todos los niveles, y esto son oportunidades que a veces no las obtienes en casa".

Martín Sjolie pone ejemplos con nombres propios, "y de esta misma empresa, como Andrés de la Nuez, Javier Gil, mi propia mujer, Martina Peuser, que es canaria y también trabaja para RIU, además de otros muchos isleños con cargos de responsabilidad en Jamaica, Playa del Carmen, Cancún..., y donde veo que Canarias exporta bastante profesionales a todas las partes del mundo en todos los niveles, y casi siempre de subdirectores, directores, o gerentes en departamentos de compra o de venta". Alexander no olvida que cuando llegó en 2008 "ya coincidió con dos canarios más que vinieron conmigo, y es que si al final estás preparado, tienes ganas y pasas a la acción te espera tu recompensa".

Con la visión panorámica que le ofrece la distancia aporta lo que, según su criterio, trasladaría a Canarias desde su otero en México. "Creo que en las islas se debería en primer término renovar la oferta alojativa pero sobre todo tratar de buscar sectores que no está explotando. Si tenemos en cuenta que las islas son un destino no estacional, adolece de una falta de explotación del turismo de congresos a pesar de su potente infraestructura. Este lado del planeta", subraya, "es muy dado a los viajes de incentivos, y las juntas de empresas en vez de realizarlas en sus lugares de origen donde a lo mejor está nevando, se celebran en un hotel con salas de conferencias. En Canarias prima el sol y la playa, pero se podría explotar perfectamente los viajes de negocios a grandes escalas". Y sentencia, "Canarias es un privilegio pero cada destino, por muy joven o muy viejo que sea, tiene posibilidades de negocio".

Al moganero su Canarias natal siempre le ronda en la cabeza. "No se puede descartar volver a vivir en uno de los mejores lugares del mundo", afirma, pero le ata una familia formada y asentada allí. Pero si hay que volver, se vuelve: "Si mi empresa me nombra director de un hotel en las islas no me lo pensaría. Apostó por mí cuando era joven y yo le devolveré y reconoceré esa confianza".

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