Como cada año las carreteras y caminos reales que llevan a Teror fueron las arterias por las que los peregrinos acudieron a su cita anual con la Virgen del Pino. Luis Espases y Vanesa Hernández acudieron en coche desde San Mateo hasta Tamaraceite para cumplir con la promesa que se hicieron cuando nació su primer hijo. "Vinimos antes de que naciera, y pedimos salud y una familia", desveló Hernández, "y ahora subimos con nuestros hijos para darles las gracias y pedirle salud para nuestros pequeños", añadió Espases.
Muchos de los peregrinos que acudieron a Teror lo hicieron a través de la calle que une Tamaraceite con el municipio norteño. El caso de Espases y Hernández no fue el único, ya que desde todos los rincones de la geografía grancanaria los romeros acudieron en coche hasta el barrio capitalino para emprender la marcha cuesta arriba. "El camino desde San Mateo es muy corto, y queríamos cumplir con la tradición", explicó Espases, que empujaba el carro de bebé con Hugo. Su hermana mayor, Daiana, se estrena este año en la Subida del Pino. "Pediré sacar buenas notas", aseguró la menor, a lo que Hernández le recordó que ella también tendrá que poner de su parte luego. "La Virgen no va a aprobar por ti", le espetó entre carcajadas de los demás peregrinos.
León Calcines, Asterio García, Antonio Millán y Chayo Navarro pidieron algo inusual a la Virgen. "Venimos a pedir que España no se fracture", afirmó Calcines. "Por nuestros hermanos catalanes, para que no nos dejen", añadió García. El grupo remarcó el encanto que adquiere la villa mariana engalonada con las banderas a la Virgen, a Teror, Canarias y España. "Los más españoles somos los canarios al final", manifestó Millán, que cree que sus deseos se cumplirán.
Este grupo de peregrinos partió a primera hora de la mañana desde el Buque de Guerra en Schamann. "Hacemos el camino como cada año, entre risas y cubatas", confesó Millán. "El camino se nos hace largo por las paradas que vamos realizando en bares y casas de amigos", añadió Navarro. Calcines y García recordaron también a la Virgen las antiguas promesas. "Siempre que hemos subido rezamos por nuestra salud y por dinero", aseguraron. "El del dinero parece que se le olvida siempre", dijo entre carcajadas García.
Entre el jolgorio y cachondeo estaba la Parranda La Ocasión. Mamados a alcohol desde que se subieron a la guagua en Vecindario. "Queremos pedir salud por los compañeros que no han podido venir hoy", dijo en repetidas ocasiones Adrián Valido. Pero entre las risas también quisieron hacer una petición a la Virgen. "Hace falta que llueva, con urgencia", desveló Valido, ganadero de profesión. "Agua para las cabras y ron para los pastores", sentenció.
Las hermanas Santana, Elena y Ana, acudieron también a su cita con la Virgen por la ruta que sus familiares transitaban. "Lo hacemos por la memoria de los nuestros que ya no están", explicó Ana. Las hermanas desvelaron que en la zona de Tamaraceite y sus alrededores era prácticamente imposible encontrar un chaleco reflectante. "Teniamos entendido que eran obligatorios y después vimos que pocos lo llevan", aseguró Elena. Bien señaladas y preparadas acudieron. "Cargadas de limonada y plátanos para no perder fuerzas por el camino", detalló. Hacía años que no subían a pie, pero esta vez decidieron hacer el esfuerzo. "Tenemos que acudir por los familiares enfermos, todos necesitamos salud", declaró Ana.
Otra pareja de hermanos, la de Estrella y Juan Ramón Benítez, se animaron a subir juntos por primera vez. Ahora viven separados, ella en Telde y él en Madrid. "Volví para completar una tradición familiar, ya que juntos no lo habíamos hecho", desveló Juan Ramón. Los hermanos remarcaron que la subida fue más amena de lo que esperaban. "El cielo nublado ha ayudado a que la temperatura no subiese demasiado", afirmó Estrella, "aunque un poco de bochorno sí que hace", añadió Juan Ramón. Los hermanos pedirán a la Virgen salud y trabajo, "y lo demás será bienvenido", sentenció Estrella.
Más valiente que Alexis Quintana habrán pocos. El peregrino partió desde San José de Las Longueras a las 5.30 horas para llegar por sus propios medios a la villa mariana entorno a las 12.00 horas. "Ha sido un pateo purificador", declaró a su llegada. Quintana pedirá a la Virgen del Pino salud para su pareja: "está embarazada de siete meses, y vengo por ella y la niña que está en camino".
Otro de los caminos más transitados es la subida desde Arucas. Por él llegaron José González, Rubén Curbelo y Guayarmina Santana. "Nos hemos acostrumbrados a subir por aquí", aseguró González, que matizó que de joven sí subía por la carretera de Tamaraceite. "Cuando venía de fiesta sí que subía por allí, pero ahora vengo en familia desde Arucas", manifestó.
Desde Firgas acudieron Manuel Jiménez y Pepi Valido. "Cada año acudimos a través de un camino real que pasa cerca de la Finca de Osorio", reveló Jiménez, que reconoció ser poco religioso. "Hice el camino de Santiago y no abracé al Santo", detalló. Su mujer, por el contrario, pedirá por los dos. "Rezaré por mí y por él, y porque la Virgen nos ayude a vender nuestra casa", señaló Valido. "No entiendo porque suben a pedir salud a la Virgen, cuando ya el mismo hecho de subir andando te mejora fisicamente", observó Jiménez sin ánimo de ofender. "Siempre he sido muy respetuoso con esta fiesta, y me encanta ser parte de ella", añadió.
