Un jurado popular declaró ayer culpable al vigilante forestal que quemó el 12 % de la cumbre y medianías de Gran Canaria al prenderle fuego a un montículo de pinocha en una pista forestal de Tejeda. También le niegan la posibilidad solicitar el indulto al Consejo de Ministros porque quiso causar el "mayor daño posible".
Juan Antonio Navarro Armas, tras alcanzar un acuerdo con la Fiscalía de Medio Ambiente, cumplirá previsiblemente una pena de ocho años y medio de cárcel como autor de un delito de incendio forestal, con las atenuantes de confesión y de dilaciones indebidas por los diez años de trámite que ha durado el procedimiento.
Los nueve miembros del tribunal popular han rechazado pedir el indulto para Navarro, que deberá ingresar en prisión tras la sentencia del presidente del jurado, Salvador Alba. El autor confeso de la "mayor catástrofe medioambiental" de Canarias, como afirma el fiscal Javier Ródenas, ha cumplido ya cerca de la mitad de la pena pactada, pues ha estado casi cuatro años como preso preventivo, tras admitir el 28 de julio de 2007 que le prendió fuego a la pinocha con un solo fósforo y derrumbarse en el interrogatorio de la Guardia Civil. El día anterior, que fue cuando comenzó el incendio, había echado la culpa a unos jóvenes con pinta de toxicómanos, una pista falsa para tratar de ocultar en ese momento su responsabilidad.
Navarro deberá entrar en la cárcel para cumplir la condena, aunque es probable que en año y medio logre permisos penitenciarios. "Es lo que hay", respondió ayer al ser preguntado por su futuro.
El ex vigilante forestal, vecino de Tejeda, no se ha escondido durante estos tres días de juicio. "Pido perdón a Gran Canaria y a todos los afectados", dijo a la salida de la Ciudad de la Justicia, con la intención de cerrar estos diez años de "incertidumbre" y de "dolor", porque "nunca quise causar un incendio de esas dimensiones", añadió el acusado.
Luego, en la sala, durante el derecho a su última palabra, agradeció a la Fiscalía el acuerdo alcanzado sobre la responsabilidad penal y a las administraciones que se han hecho cargo de la responsabilidad civil derivada del delito, pues tanto el Cabildo como el Gobierno de Canarias y su empresa Gesplan han sellado un pacto sin precedentes para indemnizar a los afectados. Los daños reclamados por el ministerio público ascienden a más de 17 millones de euros.
Quedan fuera de ese acuerdo extrajudicial los 80.000 euros por la pérdida de 82 joyas que reclama un vecino de Mogán, así como los 18,4 millones que pide Palmitos Park por los destrozos de las llamas en sus instalaciones, de los que ya han recibido de la aseguradora 11,6 millones y, por ese motivo, las administraciones se niegan a pagar más dinero. El magistrado Alba celebrará mañana una vista para que las partes expongan sus conclusiones finales sobre la responsabilidad civil. Después sólo quedará que el juez dicte la sentencia.
Navarro, que es padre desde hace seis años, espera encontrar trabajo y rehacer su vida una vez liquide la condena. Su abogado, Fernando Henríquez, resaltó en su informe final que su defendido ha explicado los hechos y las circunstancias con "detalle". Su intención, insistió el letrado, no era causar un incendio de esa magnitud, incluso presentó a Navarro como una "víctima" de sus propios actos porque "se ha arruinada la vida y no hay un día en el que no se arrepienta".
El acusado, que estaba contratado por Gesplan como vigilante forestal, provocó el incendio molesto con la empresa pública, con la intención de que le renovaran el contrato. La Isla estaba en esos momentos en situación de alerta máxima por riesgo de incendio, eran las 14.00 horas de un caluroso día de julio y las llamas se propagaron rápidamente barranco arriba. Ardieron más de 19.000 hectáreas y hubo que evacuar a más de 4.500 vecinos de Mogán, La Aldea, San Bartolomé de Tirajana y Tejeda, con daños en cinco espacios naturales protegidos, entre ellos la Reserva Natural de Inagua, y peligro para especies en extinción como el pinzón azul.
Navarro entregó la caja de fósforos usada y señaló el lugar exacto donde prendió la pinocha. Esa confesión la hizo antes de que la causa penal se dirigiera contra él. De ahí que se el fiscal y el resto de acusaciones estén conformes con esa atenuante y la de dilaciones indebidas. La pena inicial a la que se enfrentaba era de 16 años de cárcel, sin las atenuantes.
