"Llovían cenizas y parecía que detrás de la montaña se había activado un volcán" explicaba ayer Germán Suárez Caballero, un vecino del barrio de Cazadores, en Telde, que tuvo que abandonar la noche del miércoles su casa, junto a su mujer , María Magdalena, a punto de dar a luz de su tercera hija, y sus dos pequeñas, debido a la proximidad del fuego desatado en Tejeda, y pasar la noche en casa de unos familiares en Telde.

Desde primeras horas de la mañana esta familia volvía a su casa,así como el resto de las sesenta personas que fueron evacuadas desde el pago de Cazadores al local social de La Breña. Sólo algunos como la octogenaria Dionisia, que necesitaba de la ayuda del personal de Cruz Roja para regresar a su hogar, donde reside con su hijo Modesto, que le cuida, regresaron algo después del mediodía.

La normalidd y la calma volvía poco a poco a este barrio de Telde donde a la lluvia de ceniza le dió paso una buena regada de agua. Con unos 13 grados de temperatura , y una lluvia que no dejaba de caer, la situación se contemplaba de forma distinta. La neblina incluso impedía ver las imágenes que a todos les ha quedado grabadas del umo del día anterior.

Con todo, hay quienes como Jesús Martel, que aseguraban que no tuvo miedo en ningún momento, porque sabía que todo el fuego estaba a unos 17 kilómetros. Aunque como otros residentes en esta localidad de las cumbres de Telde, fue avisado de que debía dejar su vivienda, según dijo, finalmente pudo domir en casa.