La investigación de las causas del incendio que afecta al centro de Gran Canaria desde hace días, descarta que se produjera por causas naturales y apunta a que el fuego fue provocado por alguna persona, posiblemente de manera intencionada y no debido a la negligencia, informó ayer el Cabildo de Gran Canaria.

Aunque todavía es pronto para sacar conclusiones y los investigadores insisten en mantener abiertas todas las posibilidades y ser prudentes, "la causa natural queda descartada", se indicó en el comunicado del Cabildo e informó Efe.

Los agentes de la Brigada de Investigación de Incendios Forestales del Cabildo, en colaboración con el Seprona de la Guardia Civil, han delimitado la zona de inicio del fuego, en un punto junto a la carretera, y recaban indicios y trabajan en la toma de testimonios.

Los técnicos continúan recopilando datos sobre las causas del siniestro, labor que iniciaron una vez que el fuego disminuyó su intensidad y ya no era una amenaza, y también toman imágenes aéreas por medio de un dron para poder esclarecer las causas.

La zona del incendio tiene antecedentes de tres fuegos intencionados y no se han hallado restos de trabajos con maquinaria, la primera causa de fuegos por negligencia, si bien podría tratarse de una colilla, según el Cabildo.

Los técnicos del Cabildo de Gran Canaria aseguran que "se trata del fuego más peligroso que han visto". El incendio, que tuvo una gran virulencia y quemó unas 1.000 hectáreas en las primeras cuatro horas, ha costado la vida a una mujer de nacionalidad sueca y ha quemado unas 2.700 hectáreas de pino y monte bajo en los municipios de San Mateo, San Bartolomé de Tirajana, Valsequillo, Agüimes, Santa Lucía, Ingenio, Valleseco y Telde.

Un tercio de la superficie quemada es pino canario, y el resto, castaños, monte bajo, matorral y pastos, y las perspectivas de recuperación son buenas. Actualmente trabajan en la extinción del fuego 80 efectivos del Cabildo de Gran Canaria y del Eirif del Gobierno de Canarias procedentes de La Gomera y El Hierro, que realizan labores de labores de extinción, vigilancia y enfriamiento en la zona quemada y su perímetro, ya que el domingo el tiempo fue bueno.

Cuando el fuego se inició, los técnicos tuvieron que evacuar a numerosos vecinos en las primeras horas, y su responsable, Juan Carlos Santana, se quedó junto al analista de Fuegos Forestales del Cabildo, Federico Grillo, en una base militar junto a agentes de la Brigada de Fuegos Forestales de La Palma y las personas que estaban en lo más alto de la cumbre, de donde ya no se podía salir.

En total, una veintena de personas permanecieron en ese lugar, que es seguro debido a sus condiciones de su construcción y a que su entorno está limpio gracias a quemas controladas durante el invierno. A pesar de ello, fue necesario defender el entorno de la base del fuego, para mantener el perímetro lo más seguro posible. Aunque el fuego fue controlado el sábado, el Cabildo de Gran Canaria insiste en que los ciudadanos no acudan a la zona quemada para facilitar las labores de extinción y no pisar en las áreas incendiadas, y agradece que la mayoría haya atendido esa petición pese a que ayer ya fueron numerosos los visitantes.

También recuerda que hay peligro de que caigan troncos y piedras que podrían provocar un accidente en las carreteras de las cumbres de la Isla. El recorrido por las zonas afectadas muestra que el 80 por ciento del territorio tratado con quemas prescritas durante el invierno logró salvar los pinos, que se vieron afectados en su parte más baja y cuya pinocha ya ha comenzado a cubrir el suelo, de modo que en algunos de esos puntos apenas se percibe que el incendio pasó por allí.

En esas zonas, su comportamiento es muy distinto, ya que ha sido despojada de combustible vegetal, las llamas no se levantan del suelo y avanza con mayor lentitud. Asimismo, las casas que siguieron la recomendación de limpiar quince metros alrededor fueron respetadas por el fuego, por lo que el Cabildo insiste en la importancia de mantener limpios los aledaños.