Yolanda Quintana, dueña del restaurante asador Yolanda en Cruz de Tejeda, no esperaba que después de las llamas de quince metros abriese al público ayer domingo. "El sábado estábamos operativos pero vino muy poquita gente", desveló Yolanda, que aseguró haber pasado una de las peores semanas de su vida. "Cuando se inició el incendio era un conato y aquí habían doscientas personas comiendo", señaló.
Cuando el fuego se aproximó a la Cruz de Tejeda se vio obligada a evacuar su restaurante, de donde muchos de fueron sin pagar. "Los turistas tenían efectivo, pero los que tenían que pagar con tarjeta los dejé marchar", reveló. La mayoría de ellos, explicó Yolanda, regresaron durante el fin de semana para pagar sus cuentas pendientes.
Yolanda reconoció no pegar ojo las primeras noches. "El incendio había subido a una velocidad increíble por la ladera y estaba convencida de que el local iba a quedar reducido a cenizas", declaró. La noche del miércoles la pasó en Aríñez esperando recibir noticias del paso del fuego por Cruz de Tejeda. Su restaurante sobrevivió a las llamas casi de manera inexplicable. "Cuando el jueves los técnicos del Cabildo me dijeron que seguía en pie no me lo creí", aseguró. El inmueble sufrió daños en seis columnas de madera de doce metros y en la cristalera del mirador que da al Teide. "Viendo como quedó el hotel del Parador es un milagro que los restaurantes hayamos abierto el fin de semana", explicó.
Yolanda señaló que ya hoy volverían a traer turistas las agencias desde el Sur. "Son tres días sin hacer caja y tenemos que recuperarnos de esta", afirmó la mujer, que reconoció que el sábado consiguió dormir la primera noche del tirón. "En mis 38 años que llevo trabajando aquí nunca viví una pesadilla como esta", sentenció Yolanda.
