Comerciantes y hoteleros de Arguineguín Arguineguíndenuncian el “estrangulamiento” al que se ven sometidos por las obras de rehabilitación del paseo que une el casco urbano de dicha localidad con Patalavaca. Unos trabajos que provocan colas kilométricas, ya que solo hay un carril habilitado a la circulación y que se regula con un semáforo automático.

Los empresarios, que aseguran que el personal que se ve operando es “muy escaso”, exigen la regulación del tráfico manual y agilizar la circulación de personas y mercancías. Además, alertan sobre posibles retrasos en la ejecución de la obra. Algo que ya sucedió hace muy pocos meses cuando sufrieron otras obras en pleno casco urbano que se alargó más de un año del tiempo previsto.

“La obras de mejora siempre son buenas, pero están causando un colapso todos los días, que se ve agravado en las horas puntas”, sostiene Delia Correa, responsable de la joyería Elios. La misma situación describe un trabajador de la estación de servicio de Arguineguín, que contempla como los repostajes han bajado debido a esta obra. De hecho, a día de hoy se repiten atascos interminables en la arteria principal de esta localidad que “está bloqueada”.

Otros de los damnificados por esta nueva obra es el gremio del taxi que tiene que soportar esperas de hasta veinte minutos en un trayecto que antes se hacía en poco más de cinco. Una “ratonera” en la que se encuentran miles de trabajadores y turistas que cada mañana se ven atrapados por una obra cuyo plazo inicial de entrega es de 9 meses.

El acceso a esta localidad sigue “bloqueado” y golpea de lleno a la rentabilidad de los negocios de la zona. Los comerciantes han visto como su facturación ha caído por culpa de los trabajos, que parecen no avanzar, según los comercios consultados. Una situación que ha llevado al sector a denunciar “el deterioro de la imagen turística” del municipio.

Los comerciantes aseguran que la situación es un “insostenible” porque las obras parecen que no avanzan afectando directamente no solo a los comercios sino al día a día de los vecinos y los turistas. Por ello, los comerciantes reclaman “respuestas urgentes para una localidad que no puede esperar ni un día”.