Diego Zurita se aventuró en 2007, justo antes del estallido de la crisis, a crear Náutica Zurita en el polígono industrial de Arinaga. "Fue una decisión arriesgada, pero con el tiempo ha dado sus frutos", aseguró Zurita, que hasta entonces se dedicaba a la competición de lanchas. Desde entonces, la empresa ha ido creciendo exponencialmente a medida que superábamos la crisis, hasta el punto de que ya ha exportado dos embarcaciones al extranjero, una a Dinamarca el año pasado, y otra este mes a Francia.
"La intención es hacernos un hueco en el mercado internacional", explicó. Zurita se encuentra en Huelva tramitando el envío de la embarcación hasta Marsella. "En esta ocasión quiero que el trato con el cliente sea cara a cara para ver si le gusta y probar la lancha con él", señaló. El empresario desveló que la venta que realizó a un danés el pasado año fue "fría", ya que no trató con el personalmente y tan solo le envió el barco en un container. "Esta vez quiero ver la expresión en su cara cuando la ponga en marcha en el agua y la pruebe", afirmó.
Zurita se ha molestado en llevarle la embarcación personalmente. Espera que la experiencia le ayude a mejorar para los próximos envíos. Por el momento, no le está siendo fácil. La lancha que construyó, una Predator modelo de competición, tuvo que llegar hasta la península en un carguero. Zurita viajó en avión hasta Barcelona para alquilar un vehículo para transportar luego la embarcación desde Huelva hasta Marsella por carretera. Lo que no esperaba Zurita era tener problemas en las aduanas. "Exportar desde Canarias es muy complicado, aparecen trabas por cualquier lado que pases", explicó.
La Predator, valorada en 22.000 euros, quedó "atascada" en la aduana de Huelva durante el fin de semana, con lo cual retrasó los plazos de envío que Zurita tenía estipulados. "Ya avisé al dueño de que tardaría un poco más por los trámites burocráticos que uno se va encontrando", detalló. El empresario no se arruga, sabe que superar estas barreras le hará más fuerte y que su astillero prospere. "Se trata de la venta más complicada que he realizado hasta ahora", explicó.
Náutica Zurita construye y vende al rededor de unas 70 embarcaciones al año. "Curiosamente la mayoría van para Tenerife", reveló. "Los canarios somos unos apasionados del mar, y con la salida de la crisis retornaremos a las embarcaciones de recreo", añadió. Zurita está especializado en lanchas semirrigidas, neumáticas y en motores fueraborda. "Durante la crisis te las tienes que ingeniar, renovarte o morir", declaró.
Zurita aseguró que tras la transacción espera que su negocio en el extranjero crezca. "Estoy en conversaciones con un empresario de Estados Unidos con el que queremos hacer un convenio para mandar lanchas al nuevo continente", explicó. El triunfo de su marca se debe a la experiencia de Zurita en el mundo de la competición de las lanchas motoras y en que ha sabido adaptarse a los bolsillos de los compradores. "También he tenido que ser muy creativo en algunos pedidos", señaló.
Mucho ha pasado desde 2007, cuando comenzó su andadura. Ahora cuenta con cuatro empleados en su astillero. "Espero que con el tiempo seamos más", añadió. Zurita lamenta la falta de gente cualificada en Canarias en este sector. "Es increíble como un pueblo tan unido al mar no tenga formación de estas características", aseguró. Zurita desea que la cosa cambie en un futuro y pueda contar con más personal cualificado. "Quiero hacerme un nombre fuera de España con gente de la tierra", señaló. Por el momento, Zurita continúa con su odisea hasta Marsella, donde espera realizar una transacción cara a cara que le ayude a conseguir experiencia para las futuras ventas. "De momento, cuando vuelva de este viaje tengo a veinte personas esperando para diseñar, producir y venderles una lancha", afirmó. Náutica Zurita parece haber sobrevivido a la tormenta. "Durante la crisis se vendió poco, pero ahora empieza lo bueno", sentenció.
