La Provincia - Diario de Las Palmas

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San Bartolomé de Tirajana

Las zonas verdes ocupan el 20% del suelo urbano del Sur

Campo Internacional y San Fernando concentran la mayor parte de los jardines públicos

Panorámica de la arboleda del Parque del Sur, ubicado en la urbanización de Campo Internacional, con el Faro de Maspalomas al fondo. SANTI BLANCO

A pesar de ser uno de los municipios de la Isla en los que la lluvia suele pasar de puntillas durante el año, San Bartolomé de Tirajana luce verde tanto en la cumbre como en la costa. Los jardines públicos de la localidad turística ocupan el 20% del suelo urbano, lo que representa una superficie de 1,3 millones de metros cuadrados. Maspalomas, sobre todo la urbanización de Campo Internacional y el barrio de San Fernando, concentra la mayor parte de este manto verde. Meloneras, que aún no ha sido recepcionada en su totalidad por el ayuntamiento, todavía atesora una extensión verde cercana al millón de metros cuadrados.

Con una superficie de 333 kilómetros cuadrados, lo que representa el 21,3% del territorio insular, San Bartolomé de Tirajana discurre por cuatro parques naturales (Pilancones, Paisaje Protegido de Fataga, Monumento de Riscos de Tirajana y Macizo de Amurga), cuatro palmerales (Arteara, Fataga, Casas Blancas y El Oasis), una Reserva Natural Especial de las Dunas de Maspalomas y numerosos jardines en la costa, que hacen de la ciudad turística un enclave aún "más atractivo", si cabe, para el visitante.

En su universo vegetal abundan los cardones y tabaibas en los barrancos de El Veril y Juan Grande, los tarajales en las playas y los pinos y almendros en Tirajana. Sin embargo, la reina del paisaje es sin duda la Phoenix canariensis o palmera canaria.

Esta especie, que adorna paseos marítimos, parques urbanos y aceras de carreteras, encuentra su máximo esplendor en Arteara, al norte del municipio, y en El Oasis, al Sur. En este último palmeral aledaño a la Charca de Maspalomas, donde también habitan Phoenix dactyliferas, los operarios municipales cuidan en estos momentos de aquellas que presentan una mayor inclinación de su cogollo y repueblan la zona con nuevas inquilinas.

En el suelo urbano del municipio, que se localiza principalmente en la costa, los espacios verdes ocupan un 20% de la superficie edificada. Es decir, 1,3 millones de metros cuadrados de manto verde que no incluye los "jardines privados" de los hoteles y apartamentos de Maspalomas.

Esta extensión, además de cumplir con las "exigencias de Europa" en materia medioambiental para ciudades turísticas, supone una "bomba de oxígeno" para una población de 56.356 habitantes de derecho y otra de más de 150.000 de hecho.

La tendencia, según apuntan fuentes de la concejalía de Parques y Jardines, pasa por aumentar la superficie de las zonas verdes del municipio en un futuro debido a la "apertura o la renovación" de nuevos establecimientos. El crecimiento turístico de San Bartolomé de Tirajana, que aún cuenta con suelo virgen en las zonas de Tarajalillo, El Veril, Meloneras y Pasito Blanco, reportará entre otras cosas nuevos espacios verdes y "dotaciones" a la costa sureña.

Prueba de ello son los nuevos parterres que asoman por la zona de El Hornillo, tras la apertura del Mercadona, o en Meloneras con la rehabilitación de dos hoteles de la cadena Riu.

De los 1,3 millones de metros cuadrados de jardines urbanos en el municipio, cerca del millón se ubican en Maspalomas. El resto en los pueblos de medianías y cumbres.

La urbanización de Campo Internacional, con el Parque del Sur por bandera, atesora la mayor parte de estos espacios. En los últimos años y a consecuencia de la renovación hotelera que ha experimentado este enclave, el verde ha tomado gran protagonismo en esta zona.

Desde la repoblación de los denominados Jardines del Sur, uno de los últimos "proyecto de transcendencia" desarrollado por el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, hasta el Parque de la Paz donde descansa una estatua de Mahatma Gandhi. Sin olvidar el paseo aledaño al edificio de Hacienda, que aglutina a diario a cientos de ciclistas y transeúntes.

En el otro extremo, con espacios verdes muy diseminados y de menor tamaño, se alza la urbanización de Playa del Inglés. En esta zona solo destacan algunos jardines en las calles aledañas a los centros comerciales de Yumbo, Parque Europeo y Tropical.

En el medio de esta escala de verdes de la costa, se encuentran las urbanizaciones de San Agustín y Meloneras. Tras las obras de peatonalización de la GC-500 a su paso por San Agustín este enclave, pionero en la industria turística del municipio, ha ganado sendos caminos a la sombra de flamboyanos, limoneros, palmeras y buganvillas. La transformación de esta vía, en un espacio más amable con el peatón y la bicicleta, adelanta el futuro aspecto que tomarán otras urbanizaciones del municipio.

Meloneras, en pleno proceso de expansión, será probablemente una de las zonas que adquirirá en los próximos años un aspecto más sostenible con el medio ambiente. Actualmente los jardines públicos de este enclave ocupan una extensión cercana a 300.000 metros cuadrados. Sin embargo, esta pieza urbanística aún dispone de suelo sin edificar para incluso "triplicar" esta superficie en los próximos años. Sin olvidar que a día de hoy el consistorio aún no ha recepcionado gran parte de este suelo.

En la zona residencial, Bellavista y San Fernando de Maspalomas se imponen como los enclaves que "más verde" lucen en proporción al ladrillo.

Con las obras de regeneración del antiguo campo de fútbol, ahora denominado Parque Multifuncional, el barrio atesora un nuevo pulmón verde para pasear, jugar y hacer ejercicio. La concejalía de Parques y Jardines planea desarrollar a finales del próximo mes de octubre algunas mejoras en el vallado de este parque con el fin de "adecuar el uso diario del espacio" a las necesidades de sus visitantes.

En otros barrios, como El Tablero, El Pajar, Castillo del Romeral, Juan Grande o Aldea Blanca, que ganó el año pasado un merendero de 200 metros cuadrados rodeado de nuevas plantas, la repoblación de las especies es tarea diaria de los operarios municipales. No solo la plantación de árboles, sino también el mantenimiento y poda de los ejemplares existentes.

Las labores de cuidado y ampliación de jardines cuestan a las arcas municipales cerca de cuatro millones al año. Esta partida incluye el pago del canon a Canaragua Medioambiente, concesionaria de parte del servicio, y la compra de material, nuevos ejemplares de árboles y maquinaria. La plantilla municipal encargada de estos menesteres asciende, aproximadamente, a 15 efectivos.

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