Hace unas semanas que la cumbre de Gran Canaria se encontró con una tremenda oscuridad. Las llamaradas de 20 metros que surgieron en cuestión de minutos acabaron con el verdor y el esplendor de los bosques cumbreros. Olor a madera quemada, escombros y ceniza. Todavía hay lágrimas y desazón en el corazón de los grancanarios que ven como poco a poco desaparece el pulmón de la Isla.

Y sin embargo, la preocupación y la angustia que de esta situación ha traído consigo, como contrapartida, el interés de los ciudadanos por recuperar el ecosistema perdido. En concreto, los alumnos de 1º y 2º de Bachillerato del colegio Atlantic School mostraron su inquietud a los profesores y quisieron aportar su granito de arena para reconstruir la flora y fauna isleña. "A partir del incendio en Tejeda queríamos contribuir con el medio ambiente y aportar nuestra ayuda para reforestar", aseveró Elena, de 2º de Bachillerato. Ante tal iniciativa, el colegio decidió dar un nombre al proyecto, 'Solidaridad con nuestro entorno natural y ponerse manos a la obra para que el deseo de estos alumnos se hiciera realidad. "También buscábamos darle un nuevo enfoque solidario y práctico a las asignaturas de Naturales, Biología...", recalcó Lisandro González, profesor de dicho colegio.

Junto a la colaboración del Cabildo de Gran Canaria y la Fundación Foresta, ayer pudieron reforestar un terreno en pleno bosque de Doramas, concretamente en Moya. Emplearon árboles de laurisilva, específicamente ejemplares de palo blanco, una variedad caracterizada por poseer una gran resistencia .

"En esta zona están los palos blancos más longevos de la Isla, árboles de más de 100 años", les explicó a los chicos Sergio Arma, gerente de Foresta. Esta fundación sin ánimo de lucro difunde el proyecto Life Rabiche. Esta iniciativa, liderada por el Cabildo, busca recuperar el ecosistema monteverde, o bosque húmedo de Gran Canaria, con la plantación de 420.000 árboles, al tiempo que pretende reintroducir en el ecosistema la paloma rabiche. Esta especie, desaparecida hace años por el abuso de poda de madera, añade un elemento a la biodiversidad y ayuda de manera natural a la recuperación de los bosques al esparcir las semillas de los frutos que consume. "Hemos pasado de tener un 60% de masa forestal en el momento de la conquista, a un 3% en la superficie de la Isla en los últimos 60 años", explicó Arma.

A la llegada del colegio, Foresta dio una breve explicación para enseñar a los alumnos a plantar en cinco pasos. Primero se cava un agujero de unos 30 centímetros en el terrero, después se posa el cepellón verticalmente en el centro. En tercer lugar se aplican los protectores necesarios (aunque en este caso no eran oportunos), y se forma una poceta o alquerque con la tierra para que el agua se quede estancada (la superficie de la zona estaba en cuesta). Finalmente se riega el pequeño árbol con dos cubos de agua.

"¿Cuánto tarda en crecer?", preguntó una de las alumnas. "Dependiendo de las precipitaciones, tardaran otros cinco en alcanzar su tamaño completo", contestó el gerente. A partir de ahí los más de 100 chicos y chicas se dividieron en grupos para comenzar la actividad de reforestación. Arma esperaba la plantación de 80 árboles, aunque su equipo trajo consigo 120 cepellones. "Siempre traemos unos pocos más por si hay alguien muy voluntarioso".

Una de las preocupaciones de la fundación Foresta reside en la poca disponibilidad de suelos para la reforestación en Gran Canaria. "El 85% de los terrenos están en manos privadas, y el problema es que la sociedad no ve que la plantación de este tipo de árboles sea productivo, la gente prefiere limoneros o naranjos pero no se dan cuenta de que la laurisilva es muy beneficiosa", afirmó con preocupación Arma. Su explicación nos deja claro la importancia de la presencia de estos árboles, que conforma el bosque húmedo, en la Isla. "Son captadores de CO2, que es un problema muy grande a nivel mundial y otros beneficios son la producción de oxígeno y la retención y preparación de suelos... Ahora mismo estamos en terreno de eucaliptos y es difícil que crezcan árboles frutales, pero los laurisilva preparan el suelo, lo nitrifican y consiguen que puedan entrar otras especies." Otro punto a favor es la gran capacidad de captación de agua que tiene el monteverde, un bosque esponja que infiltra el agua en el suelo. La lluvia horizontal, agua bajo tierra, constituye cinco veces lo que la vertical. "El agua es oro blanco para las Islas", añadió Arma.

Esta lluvia horizontal llena los pozos, las galerías y nacientes de la Isla y de esta manera el acuífero se incrementa. "El problema que ha habido estos años es que al disminuir la masa forestal, la sequía y seguir sacando agua, el balance tornaba negativo." Desgraciadamente, Canarias está entre las tres regiones españolas con riesgo de desertización, pues el nivel freático es muy bajo.

Sobre este proyecto los chicos se mostraron ilusionados y contentos. "La experiencia ha sido muy bonita, ha estado todo muy bien organizado y esperemos que con esto podamos ayudar a repoblar nuestra Isla porque es algo que nos afecta a todos", confesó Jose.

"Ha sido divertido y nos ha ayudado a conocer más sobre la naturaleza, que es muy importante", aportó Míriam, del mismo curso.