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Diana Ramírez, o la magia de la normativa

La grancanaria asesora desde NIKE Consulting a las grandes entidades financieras de Italia

Diana Ramírez, o la magia de la normativa

Diana Ramírez Sánchez nació el 6 de julio de 1984, ahí no lo sabía pero fue justo cuando en España se aprueba la normativa de horarios en la banca española. Estudia sus primeros cuadernos en el colegio Cataluña y el bachillerato en el instituto Alonso Quesada.

De su infancia en la isla recuerda con especial cariño su paso, a partir de los ocho años, por el grupo de Scouts 105 Bentaya. Asegura que la experiencia se convirtió en un apoyo para los momentos difíciles por venir y en un acopio de valores positivos. "El scout sonríe y canta ante las dificultades, y te sirve para afrontar tus experiencias más difíciles , como a veces lo es el vivir fuera de casa".

Diana Ramírez es un espíritu propio de la Ilustración, el de la ciencia y el de las letras. "Siempre he tenido muchos intereses. Me han llamado mucho la atención los idiomas y con 15 años me puse a aprender italiano, del que me decían que para qué perdía el tiempo si en el fondo era tan similar al español", pero también le llamaban la atención las matemáticas, los números y las estadísticas.

Con esos mimbres se matricula en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria para afrontar el grado de Administración y Dirección de Empresas, con una incursión de un año a Milán con el programa europeo Erasmus. Ahí tampoco sabía que le quedaba mucho Milán por disfrutar.

En el año 2007 y aún antes de finalizar sus últimos exámenes comienza a trabajar en el departamento de Difusión Institucional de la Zona Especial Canaria (ZEC), labor que acaba en ese verano. "Ahí me quedé con las ganas de salir otra vez".

Tenía 23 años. Y su idea original contemplaba buscar alguna beca en Inglaterra, "para retomar el inglés". Con esa intención se había adscrito al programa de becas FARO, un banco de datos para el fomento de la movilidad de estudiantes donde colgó un perfil que se ajustaba como anillo al dedo a una empresa con sede en..., Milán.

Es NIKE Consulting. "Necesitaban a una persona que hablara italiano, con formación en economía y que fuera española nativa". Solo les faltó que tuviera que ser scout.

El encargo no era fácil. "Tenía que llevar adelante un proyecto internacional para adaptar la metodología de la matriz a la empresa del grupo que estaba en España, en un campo que se conoce como 'compliance'.

El reto, que hoy recuerda como "bastante complicado", le obligaba a estudiar toda la normativa española e italiana, y además yo era la única persona de la firma que hablaba español y tenían que creerse lo que les decía".

Seis meses duró el trance. Y acertó de pleno porque a su término "me proponen seguir, ahora con proyectos involucrados con los propios clientes italianos, que principalmente son grandes bancos, como el Gruppo Banca Mediolanum, Gruppo UBI, Gruppo BPER, Gruppo BPM, ING Direct, o Mediobanca, a los que, por simplificarlo mucho, ayudamos para que su organización interna esté en línea con la normativa de Italia y la Unión Europea".

El campo es amplio. Abarca desde el riesgo reputacional, "que la tarjeta de crédito de un banco no sea fácil de clonar, porque nadie recurrirá como cliente a ese banco, o que los procedimientos internos prevean normas para evitar que, por ejemplo, vendan a un pensionista un fondo de inversión con alto índice de riesgo. Nosotros estudiamos la mejor solución para que funcione de manera eficaz".

Ramírez asevera que "a partir de ahora, con una normativa más compleja y unos organismos reguladores más exigentes y menos flexibles los bancos deberán ser más proactivos e integrar estos aspectos en el día a día de sus negocios."

Si bien advierte que "los ciudadanos siguen sin poder estar tranquilos y no deben firmar nada de forma compulsiva. Las entidades financieras deben proteger los intereses de sus clientes y adjudicarles el producto que realmente les conviene".

De ahí que considera que la banca del futuro va a cambiar de una manera sustancial y que "los bancos deberán adaptarse a la movilidad de sus clientes, a las nuevas formas de negocio, nuevos métodos de pago e incluso nuevas formas de valorar el dinero. La supervivencia de los bancos", sentencia Diana, "depende en parte de la innovación y la búsqueda de modelos de negocio innovadores para reforzar sus capacidades y poder competir en el entorno del sector en constante cambio, de ahí que deban ser unas entidades ágiles y rápidas para asumir el riesgo con el menor nivel de fracaso posible".

La grancanaria también asesora en casos como la fusión de empresas, a las que se ayuda a "definir las responsabilidades de cada departamento, su aplicativo y los distintos pasos operativos para que si llega una inspección de Banca d'Italia la empresa no reciba sanciones. Cada episodio es un mundo nuevo, "que está en continua evolución, en el que debes aprender y ofrecer las soluciones de estrategia que te vienen en mente". ¿Complicado? "Sí, pero me gusta porque cada día te pones a prueba delante del cliente".

Pero estos dos ejemplos no son lo más complejo a lo que se ha enfrentado. El listón subió hace un año y medio cuando asciende como responsable de una división de Regulatory Services, al frente de un equipo de 25 personas y que coordina todos los servicios que vende a sus clientes relacionados con la compliance.

La compliance, al permitir a las empresas ajustarse casi en el minuto uno a las nuevas normas "disminuye las reclamaciones y frena las pérdidas financieras".

Diana explica que las normativas "evolucionan a una velocidad increíble. Europa dicta las directivas y luego las naciones la adaptan a la realidad. Nosotros evaluamos el impacto que recaerá a las empresas y les decimos en qué departamento va impactar, si necesitarán crear una nueva figura en la empresa, si requerirán de nuevos procesos aplicativos e incluso de otros instrumentos informáticos. Todo ello casi al día, a una velocidad muy rápida y con análisis que facilitan su actividad".

Es como el seguimiento de un misil lanzado en Bruselas al que el equipo rastrea en su trayectoria, determina el modelo, fija la diana y finalmente evalúa si su efecto será dañino, "o positivo, porque de ahí pueden 'explotar' proyectos".

La grancanaria asegura que en Italia la compliance se ha afianzado "muchísimo en los últimos diez años, pero en España está dando sus primeros pasos y es que, aunque se vea a Italia por fuera como un país caótico y desordenado realmente no es así, sobre todo en el nivel financiero, aunque ya está llegando este sistema a todo tipo de servicios".

En este mismo aspecto Diana Ramírez Sánchez tiene una original versión de un clásico refrán al que le da literalmente la vuelta: "el secreto del éxito no está en aprender de los errores, sino en aprender de quién haya tenido éxito con anterioridad", tal como fue publicado en enero de este año en uno de los artículos de la revista European Compliance & News, de la que es colaboradora.

Desde Milán sigue con su mirada a Canarias "a la que tengo la esperanza de volver algún día". Recalca que su actividad hace dos años estaba a años luz" de las posibilidades que le brindaban las islas, pero que tras los cambios en la normativa española, que introduce la compliance en la realidad empresarial, "he visto que podría ser la ocasión para llevar lo que he aprendido en estos diez años de experiencia y porque el archipiélago tiene muchísimo potencial".

Por último, subraya que en Italia, "todo es muy rápido, las decisiones y las soluciones se tienen que tomar lo antes posible porque el tren no espera por ti, y de esta manera también los procesos resultan muy productivos y eficientes. Si en Canarias se lograra esa rapidez y seriedad llegaría lejos porque la materia prima está: solo necesita un empujón".

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