José Javier Herrera ha sido condenado a 16 años de cárcel. El jurado lo había declarado culpable de asesinato con atenuante de obcecación, por haber matado a René Sendino S. en unas circunstancias que no le dieron opción de defensa, unos hechos que el fiscal califica legalmente de asesinato con alevosía.

José Javier Herrera mató a René Sendino porque se disputaban el "mercado" de la droga en San Fernando de Maspalomas y cayeron en una escalada de violencia para defender sus puntos de venta, revela la expareja de la víctima en la tercera sesión del juicio que se celebró en la Audiencia de Las Palmas mediante el sistema del jurado popular.

Los hechos ocurrieron durante la madrugada del 12 de noviembre de 2015 en la gasolinera de San Fernando de Maspalomas. Las cámaras de la gasolinera grabaron la pelea previa al crimen y, unos metros más allá, las del mercado municipal, recogieron el momento en el que José Javier Herrera Santana se sube al coche, acelera y arrolla a su contrincante, que había abandonado la estación de servicio en moto tras propinar a Herrera un golpe muy fuerte con el casco.

Las imágenes grabadas en la gasolinera evidencian que había un enfrentamiento grave entre ellos, y no se presentó en el juicio ninguna prueba que acredite de manera objetiva ese acoso vinculado al trapicheo de drogas.

Los vídeos, más bien al contrario, evidencian que Herrera no le tenía miedo a Sendino, incluso le buscó en la gasolinera para reinicar la pelea cuando éste la había dado por acabada y se iba a montar en la moto para irse, todo después de que un vigilante de seguridad y un amigo trataran de calmarlos para que no llegaran a las manos.

La trifulca, eso sí, la inició Sendino, quien, nada más llegar a la gasolenera y encontrarse a Herrera, le agarró con violencia por la espalda y lo incitó a pelear varias veces, explicó al jurado un policía judicial al tiempo que se visionaban esas imágenes.

Luego Herrera se zafó de Sandino y éste entró en la tienda de la gasilenera a comprar. A la salida fue cuando se calentaron las cosas. Herrera hablaba en esos momentos por teléfono, al parecer para deunciar el acoso a la policía, pero cambio de opinión, le dio el móvil a su amigo y le dio un puñetazo por sorpresa a Sendino, que en esos momentos llevaba el casco puesto porque se iba a subir a la moto para marcharse.

Luego se cuadradaron en mitad de la gasolinera y se pusieron a intercambiarse golpes como si estuvieran en un ring de boxeo. El vigilante de seguridad y el amigo de Herrera mediaron para separarlos, pero Sendino aprovechó la ventaja del casco para dar el último golpe e irse.

Ese gesto, cuando la cosa volvía a calmarse, expasperó a Herrera, que se subió al coche, salió detrás de Sendino y lo arrolló a la altura del mercado municipal, a pocos metros de la estación de servicio. El impacto fue brutal. Los clientes de la cafetería salieron corriendo con las manos en la cabeza, y lo mismo hicieron los empleados de la gasolinera. Uno de los policías que intervino asegura que el cuerpo de la víctima alcanzó la altura de las palmeras ubicadas en la medina de la calzada.

Herrera siguió con el coche unos 200 metros más, hasta que chocó con otro contructor y se bajó del vehículo. No se apeó para auxiliar a la víctima, sino para rematar al motorista con la llave de tubo del maletero, con las que se cambian las ruedas de los coches.

Y es que las imágenes muestran como Herrera viene corriendo desde atrás, se hace un hueco entre la gente y golpea al herido con la llave. Luego lo echan de allí y arroja la llave al barranco. La policía no logró encontrarla, pero el vídeo acredita que llevaba la herreamineta mecánica en la mano.

El joven, de 21 años, no contestó a las preguntas de los agentes ni del juez instructor. Sólo se limitó a reconocer, de manera espontánea, que había ido a por Sendino y que estaba harto de que le acosara, según declaró a un policía local de San Bartolomé de Tirajana y a un policía nacional.

Los primeros en llegar al lugar de los hechos fueron los bomberos, cuyo cuartel está prácticamente enfrente de donde se produjo el atropello. Aseguran que Sendino estaba vivo, incluso intentaba ponerse a cuatro patas para levantarse, mientras su cuerpo se hinchaba por los derrames internos producidos por el atropello previo al golpe con la llave de tubo.