Este jueves circulaba por los grupos de whatshapp un chiste: el número agraciado en el sorteo de la Lotería Nacional ha sido el 155 y ha tocado íntegramente en Cataluña. El humor, pese a la tensa situación que se vive entre el Gobierno central y el de esta comunidad autónoma por la pretensión secesionista de los independentistas catalanes, depara situaciones a la par que curiosas, sorprendentes.

Es el caso del rastreo por España del número 00155 de la Lotería de Navidad por muchos apostantes de una cifra que invita al cachondeo, la superstición y si se quiere, al morbo. El 00155 es un firme candidato al Gordo de Navidad. Entre los interesados en adquirirlo -por su referencia al artículo 155 de la Constitución, que recoge las medidas a adoptar por el Estado si un gobierno autonómico incumple la Carta Magna- se encontraba la Guardia Civil, militares, empleados públicos que trabajan en Cataluña y vecinos de todas las provincias españolas, pero muy pocos han podido obtener el codiciado botín. De hecho, como explica Álvaro Doreste, propietario de la administración de loterías número 1 de Mogán, ubicada en Arguineguín, "ha sido un número que han pedido en muchos sitios y nosotros somos los únicos en Canarias que lo teníamos. Por eso, cuando se acabó en la Península, quienes supieron que lo vendíamos se pusieron en contacto con nosotros para adquirirlo".

Entre esos clientes se encuentra un puesto de la Guardia Civil en Tarragona, "que compró tres hojas y medias de las ocho que nos envió el organismo estatal de loterías cuando se lo solicitamos en su momento", añade Doreste. Alega, además, que este número se le puede incluir dentro de la categorías de los feos, de los que muchas administraciones gusta tener para clientes que los buscan.

En este caso, más que por feo, el 00155 encandila por estar en la cresta de la ola, por ser el 155 el guarismo de moda en estos momentos, pero serán los más avispados en ver el parecido con el artículo de la Constitución los que con ilusión esperarán que les toque. Pese a estar agotado oficialmente, Álvaro Doreste no deja de recibir llamadas, "hasta 30 al día de la Península y también de Tenerife para comprarlo, pero no queda ninguno".

Doreste, quien abrió su local hace tres años en Arguineguín, tiene como experencia la venta de 200 hojas de terminaciones del número 13, con las que ha repartido 200.000 euros. Pero asegura que lo sucedido con el 00155 no le había ocurrido antes y ha estado muy atareado para atender la demanda de sus 80 décimos.

La suerte del 155 ya tiene dueños. Ahora falta saber qué harán si les toca.