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San Bartolomé de Tirajana

La sequía amenaza la producción de la mejor miel de Gran Canaria

Los apicultores reclaman que se planten más flores en los parques y jardines - "sin flores no hay abejas, y sin abejas no hay miel", advierte el ganador del concurso insular de mieles

La sequía amenaza la producción de la mejor miel de Gran Canaria

La falta de lluvias que en los últimos años azota a Gran Canaria está provocando que la producción de miel disminuya a pasos agigantados, al reducirse la cosecha casi a la mitad en la última temporada. Luis Pérez, ganador del concurso de mieles del Cabildo grancanario en la categoría de mieles multiflorales ámbar, disfruta de una victoria con sabor agridulce. Y es que aunque se ha alzado con un merecido galardón que reconoce su trabajo y su producto, no tiene suficiente cantidad como para abastecer una demanda que ha aumentado tras proclamarse vencedor.

En su asentamiento apícola en los Hoyos de Manzanilla, en San Bartolomé de Tirajana, tiene 25 colmenas con una media de 6.000 abejas cada una, pero a pesar de ello "ha sido un año muy pobre, apenas ha llovido y no teníamos flores", lamenta, "sin flores no hay abejas, y sin abejas no hay miel". Su producción se ha estancado este año en los 400 kilos de este manjar, frente a los casi 800 que pueden generar sus abejas en una buena temporada. "Me llama mucha gente pidiendo que les guarde uno o dos kilos, pero no tengo", explica Luis Pérez. De hecho, a punto de celebrarse la Feria del Sureste, en la que cada año presenta su producto, calcula que las existencias de su miel se agotarán antes de finales del próximo mes de noviembre.

"Nací en una caja de abejas", comenta con una sonrisa. Y desde entonces ha estado siempre vinculado a esta actividad, en la que lleva 60 años. Ahora que la producción apícola se ha ralentizado, hace un llamamiento claro a las autoridades: en los parques y jardines urbanos deben sembrarse más plantas melíferas [flores capaces de producir néctar y miel] y reducirse el número de ejemplares de laureles de indias, "pues solo generan suciedad en las calles y sus raíces levantan el pavimento". Así, si se sustituye una especie por otra, las nuevas flores se aprovecharán de dos formas distintas: se embellecerán los pueblos y los apicultores dispondrán de una mayor cosecha. "Aunque las abejas están en los campos", explica Luis, "tienen capacidad para viajar hasta cinco kilómetros, así que se acercarían hasta los parques y luego retornarían a su hogar a producir la miel". Con esta propuesta pretende que las administraciones públicas tomen cartas en el asunto y "escojamos cuidar a la abeja negra canaria", una especie en peligro de extinción cuya desaparición podría afectar tanto a la conservación del medioambiente como a la estabilidad del empleo directo e indirecto. "Si no tomamos medidas, la abeja negra canaria se nos muere", alerta Luis, quien vaticina que esta especie podría desaparecer en cinco años.

Pese a estas horas bajas y los malos augurios, Luis está muy contento porque el Cabildo le haya reconocido su trabajo doce años después de presentar su producto por primera vez. Su miel multifloral, producida por la asociación de apicultores 'Ansite', es para él una satisfacción. "Estoy muy orgulloso", sentencia.

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