¿Qué significa para ustedes la Feria del Sureste?
Lourdes García (L. G.): Es una forma de promoción estupenda. Una manera de darnos a conocer estupenda. Será la tercera vez que estaremos entre los puestos. Gracias a ella hemos ganado mucha clientela, no sólo de Agüimes o de la Mancomunidad del Sureste, sino también de la capital y de otros municipios.
¿Qué beneficios consideran que tiene para los otros negocios del sector primario?
L G.: Está clarísimo que es muy positivo para los tres municipios del Sureste al incentivar nuestra economía. Así lo pensamos después de haber estado ya en las dos ediciones anteriores, en el de Carrizal [Ingenio]] y en el de Vecindario [Santa Lucía de Tirajana], además por lo que hemos preguntado y visto en otros negocios. Está muy bien participar para todos, incluso es gratis para los que están en cada puesto
¿Qué le faltaría?
Jesús Alonso (J. A.): Poco. Quizás que fuera más grande y con más puestos. En el de este año, los puestos ocupan, longitudinalmente, en la Avenida Ansite es de algo más de trescientos metros. La avenida tiene un kilómetro de largo.
L. G. : Otra cosa positiva sería que se hiciera más veces al año, y así no sólo tocaría una única vez a cada sitio [Carrizal, Vecindario y Cruce de Arinaga] cada tres años, como pasa actualmente.
¿Algún aspecto negativo al hecho de participar?
J. A.: Por lo general, ninguno. Claro que supone más trabajo preparar más productos artesanales para nuestro local en el Cruce de Arinaga [Dulcecía Lulú] y para el puesto. Supone cinco o seis horas más, a parte de la media de trece que trabajamos todos los días, salvo el sábado por la tarde, que es cuando libramos. Los domingos tenemos el local cerrado para el público, pero estamos dentro trabajando, preparando las masas, las tartas, galletas y demás del lunes.
¿Qué ofrecen en la dulcería y pastelería artesanal?
L. G.: Si fuera con artículos empaquetados y de fábrica sería menos trabajo, pero no tendría la misma calidad. Se trata de que regentamos una dulcería y pastelería de elaboración propia. Todo lo hacemos aquí mismo. Hablamos de pan común; croissant; pan integral; pasteles; tartas, como la de polvitos uruguayos; biscochos; y pastelería de Navidad.
Algunos opinan que los matrimonios no lo llevan bien en los trabajos
L. G.: Eso no es verdad. Cambiamos el chip cuando entramos en el establecimiento y somos conscientes de que estamos en el trabajo. Es verdad que somos personas y si hay algo entre nosotros, pues procuramos que no se note. Compartimos bien el trabajo y cada uno está más dedicado a unas tareas distintas.
