¿Cómo evoluciona la mujer rural en Senegal?
Muy difícil, porque el acceso a las tierras lo tienen muy complicado. Sigue existiendo mucho favoritismo hacia los hombres. Es muy difícil, también, hacer el cambio. Sobre los papeles existe la igualdad entre los hombres y las mujeres, y el gobierno gira hacia ese propósito, pero la realidad es muy distinta a lo que exige la normativa.
¿Porqué la práctica sigue siendo diferente?
En la Constitución, en los códigos jurídicos y en papel, somos iguales, pero a la hora de la verdad las mujeres nos vemos discriminadas. Tenemos grandes dificultades para acceder a las tierras, y cuando una mujer consigue una parcela suele estar lejos de las zonas accesibles al agua o obtienen un terreno rocoso donde difícilmente crecerá nada. Después, en la mayoría de los casos los dueños de las tierras son los hombres, aunque sean las mujeres quienes la trabajan. Luego están a nombre de su marido, hermano o padre. Cuando el Ayuntamiento tiene que dar tierras a las mujeres siempre les da las peores.
Aún así, ¿La situación cambia a mejor, o es todo papel mojado?
Nuestra asociación trabaja para que la situación mejore. Hacemos muchas actividades para revertir esta problemática. Aconsejamos y guiamos a las mujeres para que conozcan y reclamen sus derechos. Intentamos mejorar la situación en cada uno de los casos en los que trabajamos. Afortunadamente tenemos un respaldo internacional que nos ayuda. Por suerte la mujer está cada vez más integrada en la sociedad, a todos los niveles. Afortunadamente ya hay mujeres que trabajan en Ayuntamientos repartiendo tierras de manera igualitaria.
¿Las mujeres rurales conocen sus derechos?
La gran mayoría no. El trabajo de la asociación es precisamente este. Vamos por los poblados haciendo campañas para que las mujeres conozcan sus derechos y les damos a conocer los textos jurídicos, donde están reconocidas al igual que los hombres.
¿Ha dado frutos el trabajo de la asociación?
Por supuesto que sí. Ya hemos conseguido avanzar en muchos poblados que hemos visitado. El proceso es lento, pero lo importante es que se trabaja para conseguir el objetivo.
¿El futuro es esperanzador?
Nosotros tenemos mucha esperanza. Al final nadie lo va a hacer por nosotros. Pero la corriente ya ha comenzado. Las mujeres estamos luchando por nuestros derechos, y por las que no los conocen porque no han tenido la oportunidad. El cambio es lento, pero por suerte ya se ha puesto en marcha y cambiará vidas en el futuro.
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