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Entrevista

"El pueblo luchador de Aguimes, sin medios, logró justicia con su motín"

"La investigación sobre esta rebelión es posible gracias al catedrático Vicente Suárez Grimón", afirma Rafael Rodríguez de Castro

"El pueblo luchador de Aguimes, sin medios, logró justicia con su motín"

¿La historia del señorío de Agüimes tiene poca incidencia en la actualidad?

Exacto. Es un detalle importante: la Agüimes actual no tiene nada que ver en superficie con la Agüimes que era un señorío en el siglo XVIII, ya que era pasado Telde, desde el actual suelo de Ingenio, hasta Juan Grande, incluyendo el barranco de las Tirajanas.

¿Cómo enfoca su ensayo sobre esa época de dicho señorío?

Se titula Población de Agüimes en los años de señorío 1481-1580. Se puede decir que he estudiado mucho sobre el tema. A parte de sacerdote, soy licenciado en Derecho y en Antropología, y en Lenguas Semitas, especializado en hebreo. Al ser Antropólogo, mis estudios, investigaciones y ponencias son desde ese punto de vista, no de historiador, porque eso no lo soy.

Usted tiene raíces familiares en Agüimes

Nací en Las Palmas de Gran Canaria, en 1969. La familia de mi madre era de la Villa. Fue a partir de mi tatarabuelo materno, Fernando de Castro, cuando la familia se trasladó a la capital. En torno a 1850, mi tatarabuelo, fue alcalde de Las Palmas de Gran Canaria.

En su ponencia, la primera de las XIII Jornadas de Patrimonio Histórico, destaca usted las condiciones de cómo era su gente y de lo que consiguió con el motín

Hay que resaltar que era gente sencilla cuando se produjo ese motín, en noviembre de 1718. Tenían pocos medios, pero consiguieron justicia. Hay que destacar la cohesión, cooperación y asociación que demostraron. Eran hombres que trabajaban y tenían unas tierras desde época inmemorial y a ellos les querían quitar las tierras. No eran pobres. Contaban con tierras y patrimonio. Lograron que fueran puestos en libertad las 25 personas detenidas, además del grito de T odos somos Agüimes en la plaza de Santa Ana.

¿Por qué son importantes estos acontecimientos en la historia de la Isla?

El conflicto en el señorío de Agüimes surgió al existir algo considerado injusto. Era la primera vez que sucedía algo similar en Gran Canaria, y tuvo relevancia en todo el archipiélago. También existieron rebeliones anteriores en otras islas, como en La Gomera, como en Tenerife.

Esa rebelión en La Gomera fue muy anterior al motín en Gran Canaria, pero ¿hay vinculación entre ambas?

Sí. La rebelión de los gomeros contra los señores feudales Hernánd Peraza y Beatriz Boadilla ocurrió en 1488. Como consecuencia de la represión, unos cuantos gomeros fueron desterrados a La Gomera. Se desconoce el número exacto y sus nombre. Sin embargo, se sabe de una mujer, identificada por una declaración ante la Inquisición en 1505. Ella dio a luz cuatro hijas y dos las tuvo con un guanche de Tenerife, del bando de Anaga, que había sido también desterrado. Pues en 1720, el 57 por ciento de la población que existía en Agüimes era descendiente de esta mujer gomera que fue desterrada por rebelión. Las 25 personas que fueron arrestadas por el motín eran de familias descendientes de ella.

Usted está en ese proyecto de investigación sobre Agüimes y el motín, pero ¿a quien ha acidod par profundiar en este conflicto'

Estoy muy agradecido al catedrático de Historia Vicente Suárez Grimón, que fue quien descubrió los expedientes originales sobre este motín en la Isla.

¿Por qué se originó?

Por unas desavenencias que fueron a más y no supieron frenar. Los hechos se originaron en noviembre de 1718. El sargento de Infantería de Gran Canaria Francisco Amoreto Manrique de Lara era de una familia que había progesado en el siglo XVII, que había apoyado a los Borbones y tenía una buena posición en la Corte en Madrid. El fue antecesor de los futuros condes de la Vega Grande. Él ya contaba en ese año con diversas tierras en Tirajana, en Amurga y Juan Grande.

¿Qué provocó todo?

Entonces, a Amoreto Manrique de Lara le atraía unas tierras realengas [de la Casa Real]. Es una etapa en la que el rey, Felipe V tenía falta de dinero para pagar todas las fortificaciones y le venía bien cualquier dinero. Amoreto cuenta con un escribano, con el alcalde real, Juan Melián, y con el sacerdote para comprar por subastas las tierras por un precio más bajo y para su ocupación.

En un momento importante para los cultivos

Importante al ser en el mes de noviembre, en el que se inicia la cosecha y se siembra. Amoreto llevó un grupo de hombre y ocupó las tierras.. Los vecinos se sintieron marginados. Entonces, los aguimenses se relevaron ante ese grupo de personas y autoridades. El alcalde real no bajó del caballo y hace movimientos violentos. Cuatro hombres lo hacieron bajar del caballo y le dieron una paliza. Había un grupo de unas 50 personas, pero se implicaron a 25, entre ellos los cuatro de la agresión, en esta rebelión, y fueron acusados de ello.

Y, parece, por lo que ha dicho que se complicó todo

Amoreto alertó a la comandancia, que estaba en Tenerife y a la Audiencia. Un grupo de milicianos bajó a Aguimes, pero no pudo pasar. Hubo negociaciones. Fueron detenidos los 25 vecinos y llevados a una cárcel de Las Palmas. Llegó un retén a la plaza de Santa Ana. Fernado del Castillo, suegro de Amoreto, llevó tropas de Telde, engañada sobre lo que tenían que hacer. Se negaron los soldados. Al final, quedaron en libertad los arrestados y fueron anuladas las compras irregulares que hizo Amoreto.

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