Gáldar abrirá el próximo año un hotel de propiedad municipal ubicado en uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad, ubicado justo al lado de la iglesia de Santiago y que albergó durante décadas el antiguo colegio Jesús Sacramentado.

El establecimiento, cuyas obras se esperan terminar en verano, contará con 20 habitaciones, un restaurante en la planta baja y una terraza en la azotea tras una inversión de un millón de euros sufragada por el Cabildo de Gran Canaria y otros 300.000 por el propio Ayuntamiento.

El presidente de la Corporación insular, Antonio Morales, acompañado del alcalde de la localidad, Teodoro Sosa, así como de la consejera insular de Industria y Comercio, Minerva Alonso, realizaron esta mañana una visita al inmueble, cuyos trabajos está llevando a cabo la UTE formada por las empresas Conypsa y Reyes Almeida.

Hay que señalar que ese mismo edificio fue adquirido el siglo XIX por la compañía inglesa Gran Canary Island Co. Ltd. que lo convirtió en 1896 en la sede galdense del hotel Santa Catalina.

Sosa explica que la intención de su grupo de gobierno es precisamente la de “atraer ese turismo que ya venía hace un siglo con la nueva oferta cultural que ofrece Cueva Pintada, el museo Sacro, el Antonio Padrón y el que abrirá próximamente en la Casa Capitán Quesada, y cuyos inquilinos podrán disfrutar de una oferta diferenciada para aquellos que vienen al norte para conocer las raíces de Gran Canaria”.

El hotel, que recibirá el nombre de Agáldar, “pondrá en valor un edificio maravilloso que lamentablemente se estaba cayendo en los últimos años, y no hay mejor orgullo que recuperarlo y otorgarle capacidad de generar un nicho económico, lo que sin duda representa para nosotros una ilusión de futuro”.

En este sentido, Antonio Morales recordaba que en el caso de Agüimes, municipio del que fue alcalde y que, según expresó, comparte muchas características históricas y económicas con Gáldar, la dotación de un hotel en su centro histórico “supuso un revulsivo económico”, para la villa, al disponer “de un alojamiento para todos aquellos que buscan acercarse a los valores de nuestra tierra”.

Mientras, las mejoras también se amplían en su entorno. A pocos metros de la cancela del inmueble se trabaja también en la zona comercial abierta, donde la calle Santiago está recibiendo obras de pavimentación con el fin de “peatonalizar la vía y permitir el tráfico rodado alternativamente.

Esta actuación se suma, como explicaba Teodoro Sosa, a la “vertebración de las calles del casco, adoquinando con piedra basáltica en algunos puntos y con piezas de hormigón en otros para darle categoría a las principales arterias” del centro de la ciudad.