La fiesta principal por Santa lucía volvió a brillar ayer con la participación de más de dos mil personas en la celebración religiosa y festiva quetuvo lugar en el casco histórico del municipio grancanario. Aunque la Virgen se quedó a la puerta, la iglesia volvió a estar abarrotada durante la eucaristía solemne pero el tiempo impidó quer la imagen saliera como es costumbre.

La lluvia, el frío y las precipitaciones estuvieron muy presentes pero no impidieron que miles de personas acudieran durante la jornada de ayer a Santa Lucía. Eso sí, las condiciones meteorológicas, especialmente el viento y la lluvia, motivaron que se tomara la decisión de que no se hiciera la procesión con la imagen de Santa Lucía, como siempre se incluye en el programa de la fiesta principal. El objetivo fue no correr el riesgo de que la imagen sufriera algún daño o se produjera algún percance durante la marcha por las calles de la localidad.

A media jornada matinal, tuvo lugar el acto oficial de recepción de las dos Lucías, la canaria Ciara Alemán y la sueca Paula Isaksson, en las Casas Consistoriales. Allí fueron recibidas por la corporación en pleno, encabezada por la alcaldesa Dunia González y los concejales del gobierno municipal y de la oposición. En la recepción también participaron representantes del municipio sueco de Luëa, hermanado con Santa Lucía de Tirajana Se encontraban en el salón de plenos, entre otros, la cónsul honorífica de Suecia, Dunia Cubas; miembros del club de Leones de Lulëa; Daniel Smirat, vicepresidente de la asamblea municipal; Sven-Erik Molin, director del centro educativo Residensskolan, de la citada localidad sueca; Katarina van Deventer, pedagoga especial de dicho centro. También estaba Felipe Afonso Javer, portavoz del PP en el Cabildo de Gran Canaria. "Es la primera vez que viene un representante de los populares del Cabildo", comentaron varias personas entre el público. Asimismo, se hallaba el artesano Juan Ramírez, quien recibió en esta edición el reconocimiento a la Presidencia de Honor de las fiestas.

Las dos Lucías, además de firmar en el libro de visitantes de las Casas Consistoriales, recibieron varios presentes, como zarcillos; un balayo -una cesta redonda de escasa altura, hecha por Juan Ramírez- y un ramo de flores cada una respectivamente.

Tras finalizar este acto oficial, se formó una amplia comitiva, con la alcaldesa y las dos Lucías a la cabeza, y delante de la cual estaba la Banda de Música de Agaete. El séquito salió desde el edificio municipal y llegó a la iglesia de Santa Lucía, tras pasar antes por la carretera general y subir por la calle Pérez del Toro. La comitiva, con políticos y otros representantes militares y civiles llegó y entró unos diez minutos antes del inicio de la misa a una iglesia que ya estaba abarrotada y en la que resultaba difícil moverse.

Cientos de personas se quedaron en el exterior, durante la celebración de la misa solemne oficiada por el sacerdote Luis María Guerra. Muchos portaban paraguas que empleaban frente a una lluvia que aparecía y desaparecía constantemente. Las nubes y los claros se repetían. La temperatura estaba a esa hora, sobre el mediodía, se registraba entre los 15 y 17 grados centígrados. Horas antes el termómetro habvía marcado los 13 grados.

Muchos de los visitantes aprovechaban también para conversar, sacar fotos y para comprar algún productos típicos, como aceitunas y la trucha de batata, en los puestos que estaban en torno a la plaza.

No faltaron en el lugar y en todo el casco de Santa Lucía agentes de la Policía Local y de la Guardcia Civil, como miembros de Protección Civil. También se encontraban varias ambulancias de una empresa privada que fue contratada para este servicio.El personal de Protección Civil no registró "ningún incidente" y todo transcurrió "con normalidad".

Entre el público que esperaba en la plaza, entre el que destacaban personas mayores y fieles devotos de Santa Lucía, abundaban vendedores de Lotería y de cupones de la ONCE. Entre los primeros se hallaba uno que es habibutal en el mercado de la Vega de San Mateo.

Y de otros muchos lugares. La procedencia de los visitantes era variada. Dec Arucas, exactamente de Cardones; como también de Gáldar; Telde; y la capital grancanaria, entre otros.

Dos mujeres sexagenarias, de Las Palmas de Gran Canaria, opinaban que el pueblo de Santa Lucía "estaba precioso y limpio, y lo decían "sin saber quién es el alcalde". Un matrimonio galdense, con una edad en torno a los 60 años, estaba en la fiesta "por ver la imagen de Santa Lucía y por dar un paseo".

A parte de residentes de la Isla, eran numerosos los turistas que seguían con mucho interés todo lo que sucedía, con cámaras de foto o telefonos móviles en mano. "Todo es muy bonito; y no hace frío", comentó un alemán.

No faltaron, por supuesto, turistas suecos y noruegos repitieron alagos al contemplar cómo se celebraba esta fiesta por Santa Lucía, como también por "la hospitalidad" de las gentes y la belleza" del casco urbano. Sobre la una de la tarde finalizó la misa y comenzaron a salir de la iglesia decenas de personas que se agruparon en la plaza, expectantes por el inicio de la procesión que estaba anunciada. La imagen fue sacada delante de la puerta principial de la iglesia, al mismo tiempo que sonaban las campanas y los explosivos pirotécnicos. Las rachas de viento se sucedían en esos momentos, igual que la lluvia. Miembros de la comisión de fiestas, el párraco y concejales del Ayuntamiento debatían delante de la imagen qué hacer. Finalmente, se apostó por la prudencia y se canceló la procesión.

La Banda de Agaete volvió a intepretar temas por todos conocidos. Las dos Lucías, la alcaldesa y demás autoridades se colocaron delante de la imagen. A continuación, niños y jóvenes realizaron, con cestas, ofrendas ante Santa Lucía, acciones que fueron aplaudidas por las numerosas personas que llenaban la plaza y los alrededores. Muchos fotografiaban o grababan el momento. Luego las Lucías vertieron en el suelo agua y leche como una forma de bendecir o marcar la ofrenda y lo sucedido ante la Virgen. Unos veinte minutos más tarde se introdujo la imagen en la iglesia. Vítores y aplauses se repetían por parte de muchos de los asistentes. "Guapa", "Viva", "Esa es mi Lucía", exclamaron algunos.

A esa hora comenzaron a cargar en furgonetas los animales que participaron en la exposición de ganado. Para muchos, sobre todo para los más pequeños, despertó mucho interés. Los ganaderos procedían del municipio, así como de Telde, Guía, Ingenio, Valleseco, Arucas, San Bartolomé de Tirajana y Agüimes. Todos se llevaron premio en metálico que variaban según el animal. La comisión de fiestas destinó dos mil euros. El poni y los caballos despertaron el mayor interés.