Después de padecer una larga enfermedad, ayer falleció a los 77 años de edad María del Carmen Benítez de Lugo y Massieu, expresidenta de la ONG Nuevo Futuro, entidad que fundó en Las Palmas de Gran Canaria en 1982 y que presidió hasta 2014. Benítez de Lugo era hija de la marquesa de Arucas, Rosario Massieu y Fernández del Campo, y del marqués de La Florida, Luis Benítez y Lugo y Ascanio; y esposa del conde de la Vega Grande de Guadalupe, Alejandro del Castillo y Bravo de Laguna, empresario impulsor de Maspalomas como destino turístico hace más de 50 años.

Madre de cinco hijos, Alejandro, Iván, Fernando, María del Carmen y Patricia, María del Carmen Benítez de Lugo dedicó su vida a su familia y a las obras sociales. Amaba al ser humano. Tanto, que durante más de 32 años concentró todos sus esfuerzos en arropar a los niños privados de un ambiente familiar y en garantizar su porvenir, trabajo que continuó desarrollando aún después de abandonar su cargo. "Desde entonces es presidenta de Honor", explica la actual líder de la organización, Isabel Bethencourt, "pero eso no significó que se marchase, porque siempre siguió comprometida y participando activamente, como si jamás hubiese dejado el cargo".

Para ella, esos niños "son como si fuesen nuestros hijos", confesaba en una entrevista concedida a este periódico hace 13 años, "y en los hogares que tenemos en Gran Canaria intentamos que se integren bien en la sociedad, por eso les ofrecemos atención total, porque no se trata de que duerman y coman, sino de atenderles bien a todos los niveles". Y para conseguirlo, entre otras acciones, organizaba cada año un rastrillo solidario. La ONG no paró de crecer desde su fundación, ya que durante su mandato llegó a disponer de hasta diez hogares en la capital grancanaria.

Habitual de los actos benéficos, María del Carmen Benítez de Lugo luchó con tesón por el bienestar de los menores y se preocupaba por que tuvieran afecto y cariño. De hecho, participó en la creación de la Ley Integral del Menor de Canarias de 1998.

Amor por el prójimo

Le movía su profundo amor por el prójimo, una actitud que siempre le fue devuelta. "La gente la quería mucho", relató la presidenta de Nuevo Futuro. Era una persona muy religiosa, con una gran fe y espiritualidad, y con unas profundas raíces cristianas.

Para ella su filantropía fue "el resultado de una inquietud social que llevo dentro", explicó en otra entrevista a este medio. "Pienso que todos debemos servirnos mutuamente y me satisface estar al servicio de los demás".

María del Carmen Benítez de Lugo fue una mujer incansable. "Era una madre excelente de sus cinco hijos, y una esposa y una hermana ejemplar", tal y como la define su hermano Juan José. Fue una mujer alegre, cariñosa, sencilla, generosa y muy cercana a todos los que la rodeaban. Y no eran pocos. Y es que "hablaba con todas las personas que le paraban por la calle, fuese cual fuese su situación", explicó Isabel Bethencourt, "y aunque la conversación que tuviese fuese muy importante, ella se concentraba en quien la había detenido como si el mundo entero se parase en ese preciso instante".

Desde muy joven, sus padres la enviaron a estudiar a Francia e Inglaterra, después de haberse formado en Gran Canaria y en Madrid, y eso le permitió impregnarse de una cultura muy distinta a la isleña y forjarse una educación integral muy sólida. Fue una gran deportista y buena lectora [la Biblia fue su libro más importante], además de gran costurera y cocinera. "Era una mujer muy aficionada a la música y a la ópera, era muy intelectual y siempre fue muy cultivada", cuenta Isabel Bethencourt.

Benítez de Lugo falleció diez días después de su 77 cumpleaños en su casa de Vegueta, donde residió durante años. Será enterrada en Arucas, junto a sus padres y abuelos, tal como ella siempre deseó.

La muerte de Benítez de Lugo coincide con la conmemoración en 2017 del 240 aniversario de la concesión del título de Conde de la Vega Grande de Guadalupe a Fernando Bruno del Castillo Ruiz de Vergara por parte de Carlos III, y con los 40 años del Condado de Alejandro del Castillo y Bravo de Laguna, su esposo.