Por primera vez en la historia varios colectivos de pastores, con el apoyo del Cabildo, actuaron conjuntamente para apañar las cabras asilvestradas de la Reserva Natural Especial de Güigüí en una macrooperación en la que participaron unas 40 personas. "Nos ha dejado un sabor agridulce", reconocía ayer el consejero de Medio Ambiente, Miguel Ángel Rodríguez. Y es que después de dos días persiguiendo a varios grupos de cabras y lograr acorralarlas cerca de la Degollada de Las Vacas, los animales consiguieron evadir el coto. "Falta afinar el final", explicó el consejero, que acudió desde primera hora de la mañana a los escarpados acantilados de Güigüí para comprobar in situ la operativa.

La apañada comenzó a finales de semana, cuando varios grupos de pastores y montañeros conocedores del entorno se adentraron desde varios puntos estratégicos para tratar de llevar las cabras asilvestradas que encontraban por el camino hacia la Degollada de Las Vacas. En dicho punto, el Cabildo, con la ayuda de los pastores, instaló una cerca para albergar hasta 200 animales. "La operación parece una estrategia de guerra propia de Napoleón", afirmó Rodríguez.

Por desgracia, a poco metros del cercado, las cabras consiguieron eludir el perímetro. "Es una pena, las tuvimos tan cerca", señaló un pastor. Pero que en esta apañada no se consiguiera atrapar ninguna cabra no es un fracaso. "Es la primera vez que conseguimos reunir tantos colectivos para que participen en las apañadas", aseguró el consejero, que reconoció que aún quedaba mucho por mejorar. "Es la primera vez que se hace algo así, y pensábamos que la orografía del terreno dificultaría o imposibilitaría las capturas, pero ha quedado demostrado que no es así", reflexionó Rodríguez.

El ánimo del batallón, después de perseguir a los animales durante varios días por los riscos de Güigüí, estaba por las nubes. "La próxima vez cogeremos bastantes", aseguraba uno de los participantes en la apañada. Óliver Díaz, pastor de La Aldea, afirmó que "la cosa pinta bien". Díaz partió desde Cuermeja, cerca de la población de La Aldea. "Durante el recorrido fuimos trayendo unas 25 ó 30 cabras hasta aquí, donde finalmente consiguieron eludirnos por el terreno", señaló el pastor, que se mostró satisfecho con la apañada. "Hay que ir puliendo cosas, pero ha sido una buena toma de contacto, si viene más gente preparada lograremos capturar muchas cabras", añadió.

Pedro Cabrera, del colectivo Salto del Pastor, avanzó junto a varios efectivos desde El Cedro. "Estamos satisfechos porque se logró el objetivo, trajimos las cabras de varios barrancos hasta este punto", explicó. Todos coincidían en que era difícil acorralar a los animales en un terreno tan escarpado, su hábitat natural. "Al final consiguieron escapar, pero la próxima vez se animará más gente y podremos capturarlas", agregó Cabrera, quien aseguró disfrutar persiguiendo los animales con su lanza.

Didac Díaz, técnico del Cabildo, reveló que espera realizar otra batida próximamente. "Dentro de unos días tendremos que salir a por ellas otra vez, antes de que se vuelvan a desperdigar por todo el territorio", explicó. Y es que el Cabildo está aprendiendo con esta iniciativa, ya que nunca antes se había llevado a cabo una apañada de estas características. "Ellos tienen la sabiduría, la técnica y el conocimiento para desplazarse por el terreno; nosotros aportamos elementos para mejorar la coordinación, pero es un proceso de aprendizaje para mejorar cada vez", declaró el técnico.

Según Díaz, el Cabildo ha aprendido mucho gracias a las reuniones mantenidas entre la institución y los colectivos del pastoreo. "Ellos son los que conviven aquí a diario todo el año, nosotros venimos un día de la ciudad y no sabemos nada", afirmó. Los pastores de la zona desvelaron el comportamiento de las cabras. "En verano bajan a buscar pastos a zonas más bajas, se mueven por una zona u otra dependiendo del tiempo, y más cosas que los pastores de la zona conocen y nosotros no controlamos", añadió.

Salvajes

Durante la apañada se consiguieron agrupar hasta 50 cabras asilvestradas del entorno de Güigüí a las proximidades del cercado. "No es fácil", señaló Cabrera, que ha participado en apañadas en otras islas. "En Fuerteventura es más fácil por la orografía, se arrinconan en una zona con más facilidad", sostuvo el pastor, que también ha realizado apañadas en El Hierro. "La suerte y la experiencia son la clave, porque al final te enfrentas a animales salvajes en el que ha sido su entorno toda la vida", detalló Cabrera.

Después de perseguir a los animales por los riscos, los pastores se reunieron en la Degollada de Las Vacas para comentar la jugada. "Muchos perros y pocas cabras", espetó uno. "Necesitamos a más gente que conozca el terreno y que cada uno venga con un perro como máximo", añadió otro. En una tertulia distendida, todos coincidieron en el éxito de la operación pese a que regresaron con las manos vacías. "Hemos iniciado una nueva etapa", afirmó el consejero. "Se irá mejorando, pero para ser una experiencia piloto creo que ha sido satisfactoria", agregó. Rodríguez sostuvo que se realizarán las apañadas que hagan falta para sacar a las cabras del entorno de Güigüí.

A principios de año la Comisión Europea concedió una prórroga de seis meses al Cabildo para eliminar las cabras asilvestradas de Guguy mediante apañadas. El aplazamiento se debía al proyecto Life+Guguy y poder mantener las ayudas para reforestar el espacio protegido de La Aldea. Dicha prórroga termina en agosto, cuando el Cabildo tiene que demostrar que ha retirado la mayoría de las cabras asilvestradas del entorno. El proyecto Life+Guguy se inició hace cinco años para recuperar la flora y fauna de los bosques endémicos de Juniperus spp (cedros, brezales macaronésicos y pino canario) en esa reserva natural.

La iniciativa, financiada por la UE y liderada por el Cabildo y Gobierno de Canarias, a través de Gesplan, debió concluir el pasado año, pero hubo que solicitar una prórroga al no haberse cumplido uno de los objetivos: la retirada de las cabras asilvestradas. "En agosto se tendrá que ver un número más alto de cabras erradicadas y si no llegamos a esa cantidad nos obligaría a volver a los disparos hasta final de año, pero nosotros estamos convencidos de que vamos a conseguir el objetivo", declaró Rodríguez.

Las apañadas realizadas hasta el momento han conseguido retirar cerca de un centenar de cabras de Guguy, pero la que se realizó ayer fue todo un hito. "Han participado muchos colectivos que estaban en contra de los disparos y nos están ayudando a sacarlas vivas", explicó el técnico Díaz. La operación llevada a cabo pretendía también reunir a los animales más dispersos del terreno. "Las otras que hemos retirado han sido de lugares más fáciles, donde se podía acorralar a los animales, en esta ocasión hemos avanzado desde varios frentes para ir despejando zonas", explicó Díaz. Los colectivos y el Cabildo esperan repetir en los próximos días para que las cabras no vuelvan a desperdigarse por los riscos.