Tras una reunión con el embajador de EEUU en Bagdad, Ryan Crocker, y el jefe de las fuerzas militares estadounidenses en Irak, David Petraeus, en la base militar estadounidense de Arifjan, en Kuwait, Bush declaró que "Irán debe parar su apoyo a las milicias".

El presidente acusó a esas milicias de atacar a las fuerzas estadounidenses y de secuestrar y matar a funcionarios iraquíes.

Además, señaló que EEUU tiene detenidos a "agentes iraníes" y que recoge información sobre el apoyo que Teherán da a las milicias mediante adiestramiento.

Bush también hizo una advertencia al Gobierno de Damasco.

"Siria tiene que reducir aún más el flujo de terroristas por su territorio, especialmente terroristas suicidas", dijo.

Asimismo, afirmó que el plan de retirada de tropas en Irak marcha según lo previsto.

Bush dijo que cualquier decisión sobre el número de fuerzas estadounidenses en Irak dependerá de las condiciones sobre el terreno.

"Si él (Petraeus) no quisiera continuar con la reducción a mí me parecería bien, siempre que tengamos éxito (en Irak)", subrayó.

En sus declaraciones, Bush reconoció que no ha habido tantos avances en el proceso político en Irak como hubiera querido.

"Hubiera deseado que aprobaran más leyes", dijo en referencia a las reformas legislativas que el Gobierno de Irak ha prometido sacar adelante.

Aún así, recalcó que "pasar de una tiranía a una democracia, de la noche a la mañana, es virtualmente imposible".

Tras la reunión con Petraeus y Crocker, Bush dio un pequeño discurso ante cientos de soldados norteamericanos en la base de Arifjan, que es el centro logístico del ejército de tierra de EEUU para sus operaciones en Irak y Afganistán.

Una vez que finalice su visita a la base militar, Bush viajará a Bahrein en el marco de su gira por Oriente Medio con el objetivo de recabar apoyos para el proceso de paz palestino-israelí y de fortalecer la alianza de seguridad de los países de la zona frente a Irán.