- El Cabildo, junto a la Cámara de Comercio de Lanzarote, Arrecife y Autoridad Portuaria, han firmado un acuerdo para desarrollar el puerto de Arrecife. ¿Qué pide la corporación insular para el Puerto?

- Hay que partir de la base de que históricamente ha habido un desequilibrio en materia inversora con respecto a Lanzarote. Así que contamos con unas infraestructuras que no son las adecuadas para un puerto que es el primero de la provincia en número de cruceristas. En primer lugar pretendemos acercar el muelle de cruceros a la ciudad, de manera que miles de cruceristas tengan acceso directo al centro de Arrecife, lo que supondrá un impulso comercial muy importante, y por otro lado, se pretende alejar el muelle de contenedores lo más posible del entorno del Castillo de San José.

- ¿Pero cree que desde el Estado y la Autoridad Portuaria se habilitarán las partidas económicas necesarias para mejorar el Puerto?

- Lo cierto es que hemos sido testigos de que tanto desde la Autoridad Portuaria como del Gobierno central ha habido dejación o desinterés por mejorar las infraestructuras portuarias. Si tenemos en cuenta la trayectoria seguida hasta ahora no hay mucho pie para la esperanza, pero hay que tener la expectativa de que esa inyección económica llegue a la isla, para ser justos con los lanzaroteños y poder así equipararnos al resto de las Islas.

- La otra gran puerta de entrada a Lanzarote es el aeropuerto. Han solicitado ustedes la revisión del plan director, ¿por qué?

- El pasado mes de noviembre nos reunimos en Madrid con el presidente de AENA, junto a la presidenta del Cabildo y un representante de la Cámara para solicitar esa revisión. Consideramos que el aeropuerto no puede estar estancado con una visión de presente que limita el desarrollo de la Isla. Se pretende mejorar la pista, la plataforma de estacionamiento y las dos terminales. Hay que tener en cuenta que la plataforma cuenta hoy en día con 24 estacionamientos de aeronaves que se ven totalmente colmatados en algunos puntos y franjas horarias del verano. Además, la pista hace inviable que los aviones del futuro puedan llegar a la Isla y lo que menos interesa a Lanzarote es que su aeropuerto se convierta en una terminal residual y por tanto de turismo residual de otras Islas.

- ¿La falta de inversiones en Lanzarote se debe a la pasividad del Cabildo o la falta de interés del Gobierno de Canarias?

- Siempre mantengo que la autocrítica tiene que ser necesaria para poder evolucionar. Teniendo en cuenta esta premisa, hay que decir que los lanzaroteños no hemos tenido la actitud suficiente para permitir en algunos casos que llegaran inversiones directas a la Isla o facilitar la llegada de las mismas. Pero, no obstante, a día de hoy hay ciertas inversiones que son del todo mejorables por parte del Gobierno de Canarias. El Cabildo ha hecho en este presupuesto una apuesta importante en materia inversora como los diez millones de euros para el plan de carreteras.

- ¿Pero cómo califica el nivel inversor del Gobierno canario?

- Siempre se ha hablado del desfase histórico de Lanzarote en inversiones respecto a otras islas, donde las infraestructuras, como en carreteras, provocan envidias en esta isla. Por eso, creo que el Gobierno de Canarias tiene una asignatura pendiente con Lanzarote.

- ¿Que Teguise y Arrecife, donde gobierna el pacto PSOE-PIL, estén luchando por el campus universitario no revela falta de coordinación entre ambos partidos?

- Para nada. Creo que cada alcalde, dentro de sus funciones, tiene que luchar por aquellas infraestructuras que considere vitales para su municipio. Tendrá que ser la Universidad la que decida, aunque en mi opinión Teguise es, sin lugar a dudas, la que reúne las condiciones, especialmente en amplitud por los metros cuadrados que ofrece en relación con Arrecife, para que el campus esté en esa localidad.

- ¿Afectará al pacto con el PSOE la decisión de la Audiencia de retirar el tercer grado penitenciario a su padre, Dimas Martín?

- El tercer grado en nada tiene que ver con la relación entre partidos. Sí creo que existe un exceso de celo judicial con la figura de Dimas Martín, que lo único que pretendió en su momento fue dar respuesta a las necesidades de los agricultores. Ahora se le acusa de construir, cuando era presidente del Cabildo, unos baños junto a la ermita de los Dolores. Parece disparatado que un presidente pueda ser imputado por realizar una obra de primera necesidad. Y que el impulsor de esta idea pueda ser condenado por ello.