¿Tiene un ratito para pasear por algunos de los rincones del Charco de San Ginés y sus inmediaciones? Las siguientes líneas suponen un recorrido entre melancólico e indignado junto a Santiago Alemán, autor del libro Tesoros de la Isla, un referente sobre los valores patrimoniales de Lanzarote. "Siento rabia y pena", masculla. El paseo ha comenzado...

La elegí como uno de los rincones que sirven de referente del Arrecife marinero, de cuando la pesca era la principal fuente de vida...". Santiago Alemán habla de la calle Brasil, en la ribera del Charco. Mira hacia ambos lados y busca la página de Tesoros de la Isla donde aparece la travesía. Nada que ver con lo que ahora rodea al pintor: casas tapiadas, semiderruidas en algunos casos, desaparecidas otras, vulgares grafitis y "pastiches" modernos que mutilan la vista de la torre de la Iglesia de San Ginés y que quedan tan bien allí como lo haría un satélite soviético caído de su órbita.

Alemán continúa por su paseo por la ribera de la laguna interior de Arrecife, que forma parte de la lista de lugares más maltratados del planeta. Para él es un sendero que conduce a la indignación. "Podían existir perfectamente con el sector servicios. No había ninguna necesidad de una destrucción tan brutal", exclama cuando contempla otra vez lo que para él no son sino desmanes. Entonces llega el recuerdo como lo hace una mariposa que pasa ante nuestra mirada cuando menos lo esperamos. "Recuerdo ver la pesca del guincho, que ahora está en peligro de extinción". Como casi todo, cabría añadir visto lo visto.

Otra vez a andar. Dos señoras se cruzan con él. Una de ellas vive en una casa cercana y al verle acompañado de un fotógrafo y con un libro y una carpeta bajo el brazo enseguida piensa que se trata de un funcionario. "¿Usted es alguien del Ayuntamiento? ¿Usted sabe qué van a hacer con la casa donde vivo?", le espeta. "Yo señora sólo he hecho este librito", responde. Luego, entrando en harina, le da la razón a la mujer cuando clama por ayudas para las viviendas que se vienen al piso pese a estar protegidas.

Última estación por hoy: el rincón del Aguaresío, una encrucijada emblemática que ha sido la última incorporación al catálogo municipal de Arrecife . Un remanso de paz, tanto que es normal que todo el mundo comente aquello de "parece que no está uno en Arrecife". Lo cual, dicho sea de paso, no dice demasiado en favor de la calidad de vida de la ciudad. "Es un ejemplo de la labor de unos particulares para mantener el patrimonio", destaca el artista. A continuación saca una cuartilla y arranca el ritual. La realidad pasa de nuevo al papel. Sólo que ahora Alemán confía en que el tiempo no vuelva a poner tierra de por medio entre lo que él plasma sobre el papel y la práctica.

Listo. El dibujo está completo.