Apenas si ha empezado y ya se habla de los vaticinios sobre la cosecha de uva de este año en Lanzarote. Ha ocurrido en las fincas de don Eligio Perdomo Ramírez, en Haría. Justamente allí se recogieron ayer los primeros racimos que pasarán el control del Consejo Regulador de la Denominación de Origen del Vino. Un puñado de cajas al que seguirán muchas más. ¿Hasta cuántas? La práctica ausencia de lluvias durante el último año y los efectos en la parra de la devastadora ola de calor de 2007 hacen pensar en una cantidad incluso menor a la de la última ocasión, cuando se recogieron apenas 1.684.000 kilos, según recuerda Darío Pérez Gopar, técnico del CRDO. Eso sí, la calidad de los caldos parece no estar en peligro.

"En las parras jóvenes hay bastante racimo, pero en las viejas hay más zarcillo", explica Pérez Gopar, quien se congratula de que al menos no hay plagas que mermen la producción. Está previsto que las grandes bodegas comiencen a aceptar la uva en sus instalaciones a finales de mes. El ritual es el ya conocido: primero la malvasía y la listán blanca, luego la tinta y, por último, la moscatel. El resto es incertidumbre, porque hasta última hora hay que mantener los dedos cruzados o rezar a quien se tenga a bien para que un siroco o unas molliznas y serenos inoportunos que aviven las plagas no den al traste con lo que ahora cuelga de las parras.

Desde el Consejo Regulador se apunta que "a pesar de las condiciones climáticas, con falta de lluvia y la amenaza de algunas enfermedades por la presencia de bruma, es de destacar que el estado sanitario de la uva es bastante bueno para la elaboración de vinos de calidad, por lo que hay confianza en el trabajo realizado por los viticultores durante este año y en la labor que tendrán por delante los bodegueros y enólogos".

Esta nueva campaña volverá a poner a prueba los cimientos de un sector en constante convulsión. Y es que la base del negocio tiembla desde hace demasiado tiempo. Hay que recordar que el propio Consejo Regulador ha alertado sobre el progresivo abandono de las tierras de cultivo, donde las aulagas comienzan a robar el protagonismo a las vides. Y mientras tanto, los bodegueros siguen reclamando medidas para poder ampliar sus instalaciones. Sí, hay mucho racimo en la parra.