Fenicios los primeros pobladores canarios? Pablo Atoche, profesor de Arqueología de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, defiende que la estructura al aire libre de Teguise, cuya excavación dirige, es una construcción fenicia del siglo X antes de Cristo. A su juicio, el hallazgo de Teguise no sólo cambiará los estudios sobre el poblamiento prehispánico del Archipiélago, sino también la perspectiva sobre la cultura fenicia. La opinión de Atoche no encuentra apoyos en sus colegas. Cuatro arqueólogos consultados ayer coincidieron en rechazar que el yacimiento lanzaroteño sea fenicio. La batalla científica está abierta.

Carmen Aranegui, catedrática de Arqueología de la Universidad de Valencia, experta en colonizaciones de la Península Ibérica, apunta que "la indicación de la cronología no viene apoyada por datos fidedignos porque no sabemos qué método de datación se ha empleado, ni si existe una serie de muestras datadas". Aranegui, codirectora de la excavación del yacimiento fenicio de Lixus (Marruecos), añade que "el edificio se interpreta como un almacén fenicio pero los almacenes fenicios están en ciudades o puertos y no tienen una planta absidiada sino tripartita". "Se habla de la aparición de fauna domesticada como bóvidos o cerdos", continuó la arqueóloga, "pero desde el Neolítico todo grupo humano tiene un contexto de fauna doméstica, la presencia de un buey o un cerdo no es en sí cultural". Y concluyó Aranegui: "Parece que hay interés en reavivar la polémica sobre el poblamiento de Canarias y que hay una aspiración a que el origen sea fenicio. No es bueno argumentar la identidad con datos falsos. Debemos ser honestos: no es mejor ser fenicio, bereber o guanche. No estamos predeterminados por el pasado".

Jorge Onrubia, profesor titular de Prehistoria en la Universidad de Castilla-La Mancha y responsable científico de las investigaciones arqueológicas en la Cueva Pintada de Gáldar, también duda de la huella fenicia. "No me cuesta creer que hubiese población en Canarias hace tres mil años. Es algo que he defendido por escrito", explica Onrubia. "Otra cosa es que entonces hubiese fenicios en las Islas porque no los había en ningún punto del Mediterráneo occidental. Sería una novedad mundial. Lo que no cabe es deducir por presuntas analogías formales que los restos hallados son fenicios".

Carmen Gloria Rodríguez, conservadora del Museo Parque Arqueológico de la Cueva Pintada y arqueoictióloga -experta en el estudio de los restos de peces en yacimientos arqueológicos-, declaraba ayer que "entre estos investigadores, la causa que impulsa a los fenicios a alcanzar las costas del Archipiélago es la búsqueda de la riqueza pesquera, fundamentalmente de atunes y pequeños escómbridos como la caballa para el desarrollo de la industria de salazones". Carmen Gloria Rodríguez señaló que "después de analizar los restos de peces recuperados en yacimientos arqueológicos del Archipiélago, hasta el día de hoy no ha aparecido ninguna de estas especies, y sí otras muchas vinculadas a la pesca realizada desde la costa: viejas, sargos, abadejos, salemas, morenas..."

La arqueóloga rehúsa detenerse en "el enorme problema de la navegación y el retorno de estos barcos", aunque, afirma que "pudieran transitar por estos mares sin ningún género de duda", pero sí hace hincapié "en que el desarrollo de esta industria de salazón a gran escala exige también factorías, salinas y centros de producción de ánforas que permitan preparar contenedores en los que exportar estos productos y nada de esto ha aparecido en las Islas".

La arqueóloga afirma que "después de trabajar con restos ícticos recuperados en yacimientos como Lixus, Cerro del Villar (Málaga) o más recientemente Pompeya, en donde la producción, distribución y consumo de productos derivados de las industrias de salazón es evidente y los contextos claros, sólo puedo insistir en que estas teorías carecen de fundamento científico alguno".

"La recientemente clausurada exposición Los guanches y el mar, producida por el Museo de la Naturaleza y el Hombre de Tenerife, sólo sigue insistiendo en estas hipótesis carentes de un sustento arqueológico mínimo", remata Rodríguez. "En ella resultaba especialmente llamativo que los únicos restos de peces exhibidos (y, dicho sea de paso, mal orientados, con presentaciones erróneas y sin ningún género de cartela) eran de vieja, abadejo y pejeperro".