"Estoy agotada físicamente". La activista saharaui Aminatu Haidar, expulsada por el Gobierno de Marruecos hace una semana y en huelga de hambre en el aeropuerto de Lanzarote desde hace seis días, regresa de los aseos públicos de la terminal de salidas conducida en silla de ruedas. La ayudan a tenderse sobre la alfombra, donde se dispone a hacer pública su rotunda negativa a las opciones que los gobiernos de España y Marruecos le han puesto sobre la mesa para posibilitar su regreso a El Aaiún: "No acepto ninguna". El Ministerio de Asuntos Exteriores español ha ofrecido otorgarle la condición de refugiada, lo cual permitiría tramitar la documentación necesaria para viajar. Mientras, el Gobierno de Rabat la invita a dirigirse al Consulado de Marruecos en Canarias y obtener un nuevo pasaporte, pues el suyo ha sido requisado.

La firme decisión de Aminatu Haidar complica la salida a la crisis. Ella explica con claridad sus argumentos para despreciar ambos ofrecimientos. "El Ministerio de Asuntos Exteriores de España dice que el Gobierno puede darme asilo, como a una persona que no tiene patria. Por eso digo que en este mes de noviembre de 2009 el ministro [Miguel Ángel] Moratinos ha negado al pueblo saharaui su existencia. Esto es algo que me indigna. Yo no he venido en patera. El Gobierno español ha participado en este hecho, que es una violación de los derechos humanos, han facilitado mi entrada en España y ahora lo que tienen que hacer es devolverme en avión, no en patera". El Ministerio, por su parte, insistió ayer que se permitió su entrada a Lanzarote al disponer de tarjeta de residencia por motivos de salud y por "razones humanitarias".

Moratinos, en declaraciones desde Alicante recogidas por Efe, señaló que si Haidar no acepta solicitar el estatuto de refugiada para poder regresar a su país, el Gobierno español no podrá hacer "más". Moratinos agregó que "en el caso de que por otras razones" la saharaui "no quiera, aunque lo ha hecho en los últimos treinta años, tener pasaporte marroquí", el Ejecutivo español estaría dispuesto a concederle el estatus de refugiada. "El Gobierno ha hecho todo lo necesario, con buena fe y voluntad, y espero que esta ciudadana comprenda la buena actitud de las autoridades españolas y busque la manera más eficaz de alcanzar su objetivo", precisó. "No entendemos por ello sus manifestaciones y por qué se manifiesta en una huelga de hambre", criticó.

Haidar, por otro lado, quiso expresar su agradecimiento a todas las personas que le han expresado su apoyo personándose en el aeropuerto de Lanzarote o por otras vías y también al todo el conjunto de la "sociedad civil" española.