El tesón y la fortaleza de la activista saharaui Aminatu Haidar, en huelga de hambre desde hace 13 días en Lanzarote, ha suscitado el ofrecimiento del Gobierno español de darle de manera excepcional la nacionalidad española para resolver su situación y regresar a El Aaiún.

La estancia de Haidar en el aeropuerto de Lanzarote y su decisión de iniciar la huelga de hambre ha desencadenado un conflicto político internacional por la situación en la que quedó la activista, al no tener pasaporte que le permitiera regresar a la capital del Sáhara Occidental.

Las visitas y muestras de solidaridad se han multiplicado en estas dos semanas en la isla, donde Haidar, en palabras de su abogada, expresaba hoy su indignación por el tratamiento recibido del Gobierno de España, al que reclama que algún representante acuda al aeropuerto de Lanzarote para resolver la situación en la que se encuentra.

La activista saharaui Aminatu Haidar llegó a Lanzarote el pasado sábado, día 14, después de que fuera expulsada por Marruecos y obligada a volar desde El Aaiún, tras serle requisado el día anterior su pasaporte al negarse a poner en la ficha de control policial que su nacionalidad es marroquí.

Haidar viajó a El Aaiún el día 13, acompañada por dos periodistas españoles, de regreso de Nueva York, donde recibió el "Premio Coraje Civil 2009" de la Fundación Train, que se une a otras distinciones como el Premio de Derechos Humanos Robert Kennedy que obtuvo el año pasado en una ceremonia en el Senado estadounidense.

Los periodistas, un documentalista y un cámara, fueron expulsados de El Aaiún ese mismo día y viajaron de nuevo a Gran Canaria, de donde habían salido horas antes junto a Haidar.

La activista intentó el mismo día 14 que llegó a Lanzarote regresar a El Aaiún, pero no pudo porque las autoridades marroquíes advirtieron de que si volaba no permitirían el aterrizaje de la aeronave.

Desde el Gobierno español, el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, Miguel Ángel Moratinos, apuntó el pasado día 20 de noviembre como posibilidades para resolver la situación de Haidar la concesión del estatus de asilo político o que solicitara un nuevo pasaporte marroquí en el consulado de Canarias o en la embajada de Marruecos en España.

Ambas salidas fueron rechazadas por Haidar porque entendía que su pasaporte estaba en regla y que el Gobierno español, al aceptar su traslado a Lanzarote contra su voluntad, debía devolverla a su país en las mismas condiciones.

Marruecos, por su parte, negó la devolución de su pasaporte de Haidar, salvo en el caso que reconociera su nacionalidad y renunciara a su causa como militante "separatista" del Frente Polisario.

Desde el Consejo General de la Abogacía (CGAE) se ha considerado que la prohibición de salida de España de la defensora de los derechos humanos contravenía su derecho fundamental a la libertad de circulación, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 20 del Reglamento de la Ley de Extranjería y en la Constitución Española.

Asímismo, la prohibición era contraria al convenio suscrito por España para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales del Consejo de Europa que en su artículo 2.2 contempla el derecho a la libertad de circulación.

La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) también ha sostenido que la activista está siendo retenida y se ha violado su derecho a la libre circulación, y que su tarjeta de residente española no puede convertirse en una "imposición", por lo que ha pedido que se facilite su vuelta a El Aaiún.

Nada más llegar a la isla, Haidar recibió el apoyo de la comunidad saharaui, así como del Sindicato Obrero Canario y del Frente Polisario.

A medida que avanzaban los días, la activista saharaui fue sumando apoyos a su causa y consiguió centrar la atención internacional sobre la situación del pueblo saharaui y el incumplimiento de las resoluciones de Naciones Unidas desde que el Sahara fuera ocupado por Marruecos hace 34 años.

Una representación del Centro Robert F. Kennedy de Justicia y Derechos Humanos viajó ayer a Lanzarote desde Nueva York (EEUU), para respaldarla y conocer su estado de salud.

Así mismo, numerosos artistas, intelectuales, políticos y colectivos sociales se han interesado por su situación con conciertos, concentraciones y pronunciamientos, e incluso sumándose a la huelga de hambre, y han convertido estos días el aeropuerto de Lanzarote en un foro de la causa saharaui.