El empresario grancanario Juan Marrero Suárez tuvo ayer que tragarse su orgullo para reclamar 8.000 euros que el Ayuntamiento de Yaiza le adeuda desde hace cinco años. Con dos infartos a cuestas, este hombre de 62 años se quedó en la mañana de ayer literalmente en calzoncillos frente al Ayuntamiento de Yaiza como acto de protesta por una deuda que, junto a las facturas que tiene pendientes por valor de casi 60.000 euros de otras instituciones de Gran Canaria, le ha llevado a que la Seguridad Social le embargue sus cuentas bancarias.

"Sé que no estoy para machangadas de éstas [refiriéndose a su desnudo], pero ya no sé qué hacer para que me paguen por el trabajo que con mi esfuerzo he llevado a cabo en estos años con mi fábrica de uniformes y bordados de escudos y logotipos", señalaba.

Su empresa, Monik Uniformes, está ubicada en Las Palmas de Gran Canaria desde hace 23 años y da trabajo a 11 personas, "aunque hasta hace poco eran 23 trabajadores".

El calvario de Juan Marrero empezó hace casi dos meses en Gran Canaria cuando decidió iniciar una huelga de hambre en su propia fábrica en el mismo momento en el que la Seguridad Social le embargaba sus cuentas. "Yo soy el primero que quiere pagar a la Seguridad Social, ¿pero cómo lo voy a hacer si las instituciones públicas no me pagan por el trabajo que les he hecho?", indica.

Una reclamación que no tuvo ningún efecto práctico. "A todos les digo lo mismo, no tenemos dinero". El alcalde de Yaiza, Ángel Domínguez, resumió así el mensaje que día tras día envía a los cientos de personas que están pendientes de cobrar del Ayuntamiento: ponerse a la cola.