Si las personas que robaron en la Iglesia lo hicieron para poder comer pedimos perdón porque no hemos sido lo suficientemente caritativos con los pobres". El párroco de Yaiza, Sixto Álvarez, iniciaba así en la mañana de ayer el auto de reparación por la profanación del Sagrario de la iglesia de Los Remedios tras el robo que sufrió este templo en la madrugada del pasado domingo.

El sacerdote pidió también en su celebración que en caso de que el robo de las joyas de la Virgen de Los Remedios no se hubiese hecho por necesidad "como familia que somos en la Iglesia, los pecados de nuestros hermanos son nuestros pecados". Y como signo de penitencia por esta profanación, el párroco se postró en el suelo con los brazos en cruz en dirección al Sagrario, mientras el resto de los feligreses se arrodillaban o permanecían en pie.

El Corpus en Los Remedios tuvo ayer un carácter especial. "El tesoro más valioso no son los bienes de la Iglesia sino la presencia de Jesús en la Eucaristía", afirmó el párroco. Por eso, la necesidad de reparar el daño infligido por los ladrones al abrir el Sagrario para intentar llevarse el copón (recipiente destinado a reservar y distribuir a Eucaristía) y derramar las hostias consagradas por el suelo. La Virgen ya ha puesto remedio.