En los aseos del Ayuntamiento de Arrecife han colgado de los azulejos de la pared unos letreros en los que se lee: "Se ruega no llevarse el papel higiénico ni el jabón". Una muestra más de que la desconfianza se ha instalado en el consistorio. Porque confianza es la palabra clave. Hasta poco antes del inicio del pleno, había personas que todavía confiaban en que los dos concejales del PIL imputados por cohecho en la operación Unión, Antonio Machín y Luisa Blanco, se presentarían en la sesión extraordinaria de ayer, forzada por la oposición. Sin embargo, su ausencia dejó al grupo de gobierno (PP, PIL y PNL) en minoría y convertido en un barco a la deriva frente a la oposición, que aprovechó su debilidad para torpedear varias de sus líneas de trabajo y poner de manifiesto que la gobernabilidad es tan vulnerable como los lavabos municipales.

Al término de un pleno que fue para ellos una travesía por el desierto y sin agua, varios de los integrantes del grupo de gobierno, con el alcalde Cándido Reguera como capitán de la nave a la cabeza, trataron de hacer ver a todos que la vía de agua no es en realidad tan grande ni tan preocupante. "La situación se resolverá en breve", aseguró Reguera, aunque sin aclarar cómo. Tras ser detenidos en abril, el alcalde firmó los decretos que dejaron sin funciones delegadas y sin sueldo a los ediles del PIL y dio por hecho que entregarían sus actas. Algo que no ha sucedido a pesar de que el PIL, oficiosamente, estudia su expulsión. Si se enrocan, la brevedad de la que habla Reguera no será tal.

Reguera, no obstante, aseguró que todos estos contratiempos son jaques a su gestión pero que ninguno terminará en jaque mate: "La oposición sabía que este pleno no sería para nada y todo quedará resuelto con otro acuerdo plenario". El concejal de Urbanismo, Pedro de Armas, del PNL, aseguró que el único objetivo de la sesión plenaria era "paralizar el Ayuntamiento", una acusación rechazada de plano por los aludidos. "Le podríamos apoyar en muchas cosas, pero no en todas, don Cándido, porque hace usted muchos disparates", afirmó el portavoz socialista y ex alcalde, Enrique Pérez Parrilla.

El debate en el pleno del Ayuntamiento de Arrecife se movió por aguas turbias en varias fases, aunque lo hizo especialmente cuando se le echó en cara al alcalde que había logrado el bastón de mando en una moción de censura apoyada por otros dos ediles detenidos del PIL. "No se puede sembrar la duda sobre todo lo que haga el Ayuntamiento", respondió Reguera. La oposición cree que el jable sigue pegado a los cristales.