Llegó un momento en que Jacinto Álvarez, gerente de Urbaser en Lanzarote, desconfiaba hasta de los responsables de su empresa en Madrid. Fue ahí cuando decidió reflejar en un diario todo lo que ocurría en torno al Ayuntamiento de Arrecife y las presuntas comisiones ilegales que su empresa se veía obligada a pagar a cambio del contrato de recogida de basuras y la revisión de precios de los servicios de limpieza del municipio. "Yo lo anoto todo", llegó a escribir él mismo en su propio diario, obviamente desconfiado de lo que ocurría.

Cuando el fiscal Javier Ródenas le preguntó, en el interrogatorio posterior a su detención, que cuál era el motivo por el que tenía anotado todo lo que ocurría en un diario, se mostró tajante: "Por lo que pudiera pasar". Y es que el bloc tiene pasajes realmente filosóficos y reflexiones que, lejos de mostrar a un hombre torpe, como muchos creían que era, descubre a una persona reflexiva, aunque resignada. Pero perfecto conocedor de lo que ocurría en Arrecife.

En una ocasión, en referencia al imputado Rafael Arrocha, jefe de la oficina técnica municipal, escribió: "Éste me tiene por el tonto del pueblo". Tales eran las presiones a las que se veía sometido Jacinto Álvarez, siempre según se desprende de lo recogido en sus diarios, que llegó a recoger también frases memorables: "Estoy enfrentado con el mundo. Es mi trabajo".

Otro de los aspectos significativos de las aventuras del empresario lanzaroteño es la desconfianza que tenía de sus superiores en Urbaser: "Han estado en Madrid. Uno pelea aquí y ellos se toman las copas allí", dejó escrito después de constatar que María Isabel Déniz y Martínez Llerandi, directivo de Urbaser detenido el pasado miércoles, habían tenido una reunión en Madrid.

"Dicen que estoy imposible. Es porque no trago", reflexionó un día en que Isabel Déniz le dijo, a través de un tercero, que tenían que quedar a comer: "No tengo ningún interés. La que no paga es ella, la que tiene el problema es ella".