Tanausú Hernández Domínguez se enfrenta a la brega más difícil de su vida. Este joven luchador lanzaroteño de veinte años, e integrante desde hace tres temporadas del Club de Lucha Arrecife Guadarfía, permanece hospitalizado y con su cuerpo inmovilizado en Gran Canaria desde el pasado verano. El 13 de agosto sufrió un grave accidente en la playa de El Jablillo, en Costa Teguise, a donde acudió a bañarse con un grupo de amigos. Una desafortunada zambullida en el agua tras tirarse desde una roca le mantiene en cama desde entonces sin poderse mover.

El brutal impacto de su frente contra la arena del fondo le dejó paralizado nada más caer al mar, en una zona con menos profundidad de la que Tanausú había calculado en un principio. El percance le originó "una serie de roturas y lesiones en varias vértebras, el hueso del cuello y en el disco, que le estalló en mil pedazos, al igual que la médula espinal", aseguró Noemí, hermana de Tanausú.

La tragedia llegó veinte minutos después de que Tanausú y sus amigos Jony, Cristian y Patricia se trasladaran a Costa Teguise para darse un baño. "Poco después de salir de casa", relató Noemí, "un amigo de mi hermano llamó a mi madre diciéndole que no sabía lo que había pasado, que Tana no sentía los pies. Los amigos lo sacaron del agua tras percatarse de que estaba flotando boca abajo. Los chicos pensaban que estaba de broma, pero al pasar cinco minutos y ver que no reaccionaba se tiraron a por él".

Acto seguido una ambulancia lo trasladó hasta el hospital Doctor José Molina Orosa, en Arrecife, donde apenas permaneció cuatro horas hasta que fue evacuado grave en helicóptero al centro hospitalario Doctor Negrín, en Las Palmas de Gran Canaria. Veintidós días después, el cuatro de septiembre, fue sometido a una operación.

El diagnóstico que le realizaron siete médicos fue de "tetraplejia desde el cuello hacia abajo", aseguró Noemí. "Pero yo notaba que me trincaba la mano con fuerza mientras estaba sedado antes de operarlo. A los tres días movió el antebrazo izquierdo y lo levantó cinco días después de la intervención. Luego nos dijo que le dolía la espalda. Parecía un milagro", continuó afirmando la joven.

Tras la intervención, los médicos le colocaron "un disco artificial y un tubo de hierro que le sale del cuello. Tardaría un año en empezar a sentir algo, nos comentaron, aunque ya siente el cuerpo entero, pero sigue sin movilidad", señaló Noemí.

Hace un mes fue trasladado al Hospital Insular de Gran Canaria, donde deberá permanecer entre seis meses y un año, para someterse a rehabilitación antes de llevarlo al Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo.

Al drama de Tanausú se suman los problemas económicos de su familia. Su progenitora, que permanece con él en Gran Canaria, cobra la ayuda de 426 euros, al igual que Noemí, que tampoco tiene trabajo y es madre de un niño de trece años. El padre de ambos está prejubilado. Con ese panorama es imposible llegar a fin de mes y mucho menos mantenerse fuera de la Isla. La madre de Tanausú se hospeda en una habitación cedida por Cruz Roja en Las Palmas y Noemí trata de reunir dinero "limpiando casas y escaleras" para costearse el precio del billete de avión y poder estar con su hermano cada cierto tiempo. El joven no recibe ninguna ayuda pública y su familia le ha costeado desde el collarín hasta la indumentaria especial que necesita para la rehabilitación.

El Club de Lucha Arrecife Guadarfía y el consistorio capitalino han organizado una luchada para el 19 de diciembre en la Ciudad Deportiva Lanzarote con el fin de recaudar fondos para costear su traslado y tratamiento en Toledo.