El viento de componente suroeste y el fuerte oleaje volvieron a afectar ayer la operatividad de los buques, con la cancelación de un crucero, y la descarga de mercancías en el Muelle de Los Mármoles, en Arrecife. Esa situación suele repetirse en el puerto capitalino cada vez que se dan esas variables meteorológicas, consecuencias que se verían amortiguadas si las instalaciones portuarias contaran con el dique de abrigo en su cara sur, una reivindicación histórica de empresarios, instituciones y de la sociedad lanzaroteña en general, ante la Autoridad Portuaria de Las Palmas, ente del que depende Los Mármoles.

El capitán del crucero AIDAblue, de la naviera Aida Cruisses, no se lo pensó dos veces y atendiendo a la previsión del tiempo anunció el día anterior que no haría su escala semanal en Arrecife este viernes, como así ocurrió. En vez de continuar su ruta hasta Lanzarote desde Fuerteventura, se fue a Tenerife, afirmó el consignatario del barco, Tomás Fajardo.

El cambio de planes de ese trasatlántico de bandera alemana impidió la llegada a la Isla de unos 2.200 turistas, de los que alrededor de un millar habían concertado excursiones para visitar los centros turísticos del Cabildo y cerca de medio centenar de guaguas, indicaron responsables del Cabildo.

A diferencia del AIDAblue otro buque, el Albatros, asistido por Miller y Cía., S.A., sí pudo entrar en Los Mármoles. Lo hizo alrededor de las 12.45 horas, aunque no sin dificultades por la bravura de la marea. Llegó con algo más de 500 cruceristas.

La estiba y desestiba en el muelle de contenedores se prolongó más de lo habitual debido a los problemas para manipular la carga por el oleaje. Esos inconvenientes obligaron al portacontenedores Nisa a permanecer fondeado en el exterior del muelle mientras el barco de OPDR descargaba su mercancía.