- ¿Cómo está preparando la parroquia de Mancha Blanca las fiestas de Los Dolores, patrona de Lanzarote?

- La Jornada Mundial de la Juventud con el Papa está reciente y seguimos en esa línea de arraigados en Cristo, firmes en la fe. Las fiestas tienen que tener un contenido, porque de lo contrario, se convierten en una frivolidad. Proponemos a Jesucristo como la roca donde poder cimentar una vida llena de valores y de futuro, teniendo como referencia el encuentro del Papa con los jóvenes.

- ¿Cómo se puede mantener ese compromiso en la sociedad actual, es fácil conseguirlo?

- Entrar en el mundo interior de las personas es un poco difícil y nosotros lo que intentamos es, a través de todas las celebraciones, proponer a Jesucristo, que da sentido a nuestras vidas. A lo mejor, una persona parece que no tiene sentido religioso y luego resulta que es todo lo contrario. Lo importante no es buscar lo fácil sino lo que da sentido a la vida y eso conlleva el esfuerzo, sacrificio. A los jóvenes no se les puede presentar lo fácil, sino grandes ideales que conllevan también el trabajo y eso es lo importante. Ser cristiano es un proyecto de vida y se realiza también con la fuerza del Espíritu Santo que nos va manteniendo en este caminar.

- Han sido varios los mensajes que dejó Benedicto XVI en la Jornada Mundial de la Juventud. En su opinión, ¿cuál de ellos destacaría?

- Todos los mensajes del Santo Padre tienen un rico contenido espiritual, cristiano y profundamente humano. Uno de los mensajes bonitos es aquel en el que el Papa le dijo a los jóvenes que no fueran indiferentes ante el sufrimiento humano, que tuvieran un compromiso en favor de los más desfavorecidos, ayudándoles a llevar la cruz de todos los que sufren. El Santo Padre anima a los jóvenes cristianos en un compromiso de vida en la construcción de un mundo mejor según el proyecto del Reino de Dios.

- Usted es arcipreste de Lanzarote. ¿Cómo es la salud de la Iglesia en la Isla?

- Intentamos ser coherentes con nuestra fe y tener el cimiento de Cristo en una iglesia que procure ser cada vez más evangélica y fiel al señor. Nunca he pensado en tener más o menos fieles sino en que las personas quieran vivir realmente la fe. En todos los sectores de la sociedad (familia, educación, juventud, política, deporte...) vivimos en un ambiente de incertidumbre. Hay una crisis de compromiso y eso afecta también a Lanzarote.

- ¿Las instituciones de Lanzarote se vuelcan en ayudar a las familias necesitadas o es mayor el esfuerzo que realizan ONG como Cáritas Diocesana?

- La Iglesia hace lo que puede y no tiene la solución a los problemas sociales. Ojalá la pudiéramos ofrecer. Dependemos de la limosna de los fieles. Las instituciones también hacen lo que pueden porque también están en un momento difícil y todos debemos tomar conciencia en que tenemos que arrimar el hombro. La sociedad de Lanzarote comparte lo que tiene con los más necesitados, aunque hay empresas que pueden ayudar más y no lo hacen. Eso queda en la conciencia de cada uno.

- Las misas con motivo de la festividad de Los Dolores son las últimas que usted oficiará después de nueve años como párroco del municipio de Tinajo. ¿Cómo ha sido su experiencia en Lanzarote?

- El señor obispo, Francisco Cases, ha decidido destinarme a la parroquia de Nuestra Señora del Buen Suceso, en el Carrizal de Ingenio (Gran Canaria). La experiencia en Lanzarote ha sido muy bonita, profunda y enriquecedora. He podido compartirla no sólo con los cristianos de Tinajo, sino también con los del resto de la Isla, al estar situada en Mancha Blanca la ermita de Los Dolores. Me voy con pena de Lanzarote, pero también con un proyecto en la mente.

- ¿De qué proyecto se trata?

- Hace un par de años que le estoy dando vueltas a la cabeza al proyecto para construir una basílica a la Virgen en Mancha Blanca. La ermita actual se queda muy pequeña y el crecimiento demográfico demanda otro templo para poder acoger a tantos peregrinos que acuden a Mancha Blanca. Ojalá alguien recoja esa idea y la lleve a cabo. Además, se le daría trabajo a mucha gente y empresas de la Isla. Me voy con la pena de ver la situación de tantas familias afectadas por la crisis. Cuando llegué a la Isla, hace nueve años, todavía estaba en auge el crecimiento económico, la población estaba más ilusionada y de repente todo se vino abajo y muchas personas lo están pasando muy mal. Esperemos que esta situación termine lo antes posible y la gente pueda recuperar un poco de esperanza.

- ¿Ha solicitado ayuda económica al Ayuntamiento de Tinajo o al Cabildo de Lanzarote para la construcción de la basílica?

- Lo he comentado con algún político, el vicario de la Diócesis... Hay que tener visión de futuro. Dejando la ermita en su actual ubicación, la basílica iría en esa explanada. Se recuperaría la lava que se ha sepultado con escombros y se ejecutaría un proyecto bonito.

- ¿Cómo recuerda la primera misa que ofició en la isla de Lanzarote?

- Fue el 25 de septiembre de 2002. Unos días, antes, el 15, festividad de Los Dolores, el obispo de entonces, monseñor Echarren, me presentó en la misa. Si Dios quiere, el 20 de septiembre oficiaré mi última misa en Lanzarote, no sé si será en San Roque, en Tinajo o en Los Dolores. Quiero dar las gracias a todas las personas que me han acogido en Lanzarote y deseo profundamente que se pase esta crisis y la Isla vuelva a recobrar esa ilusión y que las familias no estén tan angustiadas.

- La obra de los baños de Los Dolores, que afectó a parte de la colada histórica que hay en el lugar y por cuyos trabajos se ha condenado a Dimas Martín, presidente del Cabildo en el momento en el que se ejecutaron esos servicios, ¿se debería haber realizado en otro sitio para evitar dañar el patrimonio?

- La obra de los baños de Los Dolores era necesaria y yo la solicité al Cabildo porque no había servicios en toda esa zona. Hasta allí a diario acuden, como mínimo, unas 800 personas, de las que 500 son turistas que comen diariamente en el restaurante que hay frente a la ermita y se mueven por el lugar. Los domingos acuden hasta Mancha Blanca entre 1.000 y 2.000 personas. La intención en ese momento por parte de los políticos que ejecutaron la obra no era dañar nada, sino cubrir una necesidad de la población. Siempre actuaron con buena intención. Quizás los baños se pudieron haber construido en otro sitio. La ley hay que respetarla y todos debemos estar sometidos a ella porque vivimos en un Estado de derecho. Sin embargo, también hay que tener en cuenta que con los baños no hubo beneficio de nada ni nadie, sino que se cubrió una necesidad social.