"Lo que no queremos es vernos abocados a los despidos". El consejero de Hacienda del Cabildo de Lanzarote, Luis Arráez aseguró ayer que la política de recortes en el capítulo de personal tiene como objetivo evitar el estrangulamiento económico de una corporación que destina la mitad de sus ingresos en pagar las nóminas de sus casi 850 empleados. Sin embargo, el Cabildo lanzaroteño reconoce que tendrán que adoptarse una serie de medidas que implicará el sacrificio y la colaboración de sus trabajadores.

Una de las primeras medidas será el de las prejubilaciones de una plantilla con un importante número de trabajadores con edades superiores a los 55 años. El Cabildo pondrá sobre la mesa una de las opciones que se adoptaron con el personal de los Centros de Arte, Cultura y Turismo que tuvieron que renunciar a una de sus pagas extras para financiar parte de las prejubilaciones de sus compañeros y garantizar los puestos de trabajo.

La reducción de horas extra y gratificaciones y la modificación de las condiciones de trabajo serán otras de las propuestas que se harán llegar a los representantes de los trabajadores en la corporación. El Cabildo tampoco cubrirá las vacantes de aquellos puestos que no sean imprescindibles y se reducirá al mínimo las sustituciones.

Arráez descarta también la puesta en marcha de un expediente de regulación de empleo (ERE), a la vez que hace un llamamiento a la tranquilidad. "No queremos guerra con los trabajadores y estamos seguro que muchas de las medidas serán idénticas a las que ellos han venido solicitando en los últimos años", destaca el consejero de Hacienda.